Las lenguas son una riqueza por eso la humanidad es un poco más pobre desde el momento en que una lengua muere, pero las lenguas nacen, crecen y mueren como las personas que las hablan. En la escuela pública de Cataluña (y pronto en el País Vasco) los niños no podrán aprender el castellano, aunque lo hablen (: una cosa es la lengua y otra el habla) porque será suprimido como lengua vehicular y, cuando tengan que dar razón científica en oposiciones para un puesto de trabajo que lo exija, no podrán hacerlo porque no lo han estudiado. Dice la gente: “Es normal que cada autonomía enseñe su lengua en la escuela, que nuestros hijos la sepan un beneficio para ellos, pero privarlos de aprender en la escuela el castellano, una lengua tan hablada en el mundo, porque beneficia a los políticos nacionalistas, es utilizar la lengua como arma política”. Buena parte de los hijos de los padres de estas leyes irán al extranjero a aprender lenguas o tendrán el privilegio de profesores privados o el de asistir a buenas academias para aprenderlas.