¿Falta de fe?

La secularización de la sociedad ha reducido las “tareas” del sacerdote: bautismos, bodas, consultas personales, y otras muchas, pero también ha traído la escasez de vocaciones sacerdotales. Las consecuencias inmediatas son: 1) Cada sacerdote, muchos ya en edad de jubilación, tiene que atender más de una parroquia, en el mundo rural hasta diez. 2)  Muchos sacerdotes y alguna diócesis ya se han buscado prácticas alternativas pero la Iglesia como institución está esperando que caigo del cielo, como un maná, una nueva abundancia de vocaciones para solucionar el problema. 3) Muchos, feligreses se quedan sin banquete eucarístico y sin la proclamación de la palabra de Dios muchas semanas, 4) No hace falta ser un experto en sociología religiosa ni un profeta, ni creo que suponga  falta de fe en la Divina Providencia,  para ver que la abundancia de vocaciones, al menos a corto plazo, no va a caer del cielo como le cayó a los judíos en la travesía del desierto, y 5) Es evidente que son necesarios cambios estructurales que renueven la faz de la Iglesia.

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