Después de varios años sin fiesta, este fin de semana, Aguís, aldea de dos vecinos, dos jóvenes matrimonios con niños y abuelos, ha celebrado por todo lo alto su fiesta anual en honor de la Virgen del Rosario. El viernes verbena, el sábado baile por la tarde y noche, y el domingo la procesión dio la vuelta al pueblo y a la iglesia, auténtico rito de circunvalación, para que la Señorea bendijera todo a su paso. La misa ha estado animada por un grupo de músicos y un coro. El sacerdote y todo el resto de la parroquia al final de la misa y al momento de vermú dieron las gracias a los dos vecinos, artífices de la celebración, y rompieron en estruendosos aplausos. “Gracias a todos por venir. Nuestra intención es continuar a hacerlo todos los años. Un pueblo sin tradiciones es un pueblo sin memoria y un pueblo sin memoria será lo que sea pero ha dejado de ser el mismo”, respondieron ellos. Y el pueblo añadió: “Lo que habéis hecho este año hará, para siempre, parte de la memoria colectiva de la parroquia”.