Para un político mantenerse en el poder no necesita ser un dechado de virtudes, pero debe de aparentar que lo es, debe de cambiar de opinión y de parecer y adaptarse a los vientos que soplan y a las variaciones de la fortuna, debe de sacudirse de encima los límites entre el bien y el mal, y deshacer mañana las cosas que hace hoy, por ello no se puede prever nunca lo que pueda hacer, cuando sus intereses lo requieran. Lo único que necesita para que todo lo que hace, el bien y el mal, la mentira y la verdad, engañar y traicionar, redunde en su beneficio es ser un experto en el arte de engañar y disimular. “Los hombres [los votantes] son tan simples, … que el que engaña con arte halla siempre gentes que se dejan engañar”. Pd. Así pensaba, un autor a principios del siglo XVI. A mí, la lectura me ayuda a leer la realidad y la experiencia a valorar la lectura. Dependiendo de las experiencias y manera de pensar de cada lector, este texto puede sugerir distintas realidades y situaciones, y hasta traer a la memoria personajes de otra época y aún de nuestros días, o darlo por completamente obsoleto.