Risa

Hasta no hace muchos años, se provocaba la risa de unos ridiculizando la condición sexual, física, intelectual o espiritual de otros.  En nuestros días se han dado pasos importantes en el respeto a todo tipo de condición sexual: homosexuales, bisexuales, heterosexuales y otras; física: gordos como toneles o delgados como pata de golondrina, cojos o bizcos; a todo tipo de condiciones intelectuales: inteligentes y tontos, y espirituales: santos y pecadores. La fe hace parte de las condiciones espirituales del creyente que mantiene conmigo una relación de amistad:  habla conmigo, camina conmigo, y cuando alguien me ridiculiza, aunque a mí me importe un rábano, mis amigos, a veces por tonterías, pueden sentirse heridos como el amante cuando alguien ofende a su amado o amada. El verdadero arte de hacer reír consiste en reírse con los demás o hacer reír a los demás riéndose de uno mismo. ¿A ti, Jesús, qué te hace reír?, le pregunté. Si la estupidez, la avaricia y la vulgaridad de unos cuantos no condenara al infierno en vida a muchos, casi todo me haría reír.

Volver arriba