“Cuando los intelectuales radicales exigen derechos plenos para los inmigrantes y la apertura de las fronteras a todos ellos, ¿son conscientes de que la instrumentalización directa de esa demanda inundaría, por razones obvias, los países occidentales desarrollados de millones de recién llegados, lo cual provocaría una violenta pelea racista en la clase trabajadora que luego terminaría poniendo en peligro la privilegiada posición de los mismos académicos? Por supuesto que son conscientes de todo ello, pero cuentan con que sus demandas nunca sean satisfechas. Y así, pueden conservar hipócritamente su limpia conciencia radical mientras continúan disfrutando de su posición privilegiada”, Zizek dixit.