La plegaria de las cosas

Le pregunté: ¿Qué se podría hacer para que esto volviera a ser lo que fue, la capital industrial de la zona? El atardecer cae sobre el valle, la aldea parece un animal dormido más viejo que todos los recuerdos. Como una geminar callado regado a calderos desde el cielo, se enciende la plegaria de todas las cosas. Todo parece ceder a la presión de fuerzas invasoras ocultas que abren la cerradura de los sentimientos y de los recuerdos. Saliendo me grito: Deja que el tiempo se encuentre con el tiempo. Mientras escucha la sonoridad del silencio y siente el escalofrío de las ausencias presentes .

Volver arriba