Las raíces de la solución

En una relación de fuerza entre dos pueblos que se odian a muerte, ganará el que tenga más armas y técnicos que sepan utilizarlas y perderá el que tenga menos armas o no tenga quien sepa utilizarlas inteligentemente. Puesto que la presencia del otro es una amenaza constante, cada uno tratará de aniquilar al otro hasta reducir a un recuerdo su poder de amenaza.  En muchas reuniones de los lideres mundiales para ayudar a resolver el conflicto entre Israel y Palestina no hacen más dar vueltas sobre lo que ya dijeron en reuniones y discursos anteriores. El resultado es un discurso con total carencia de fundamento, desarraigado, que nada tiene que ver con lo que está pasando, hacen lo que dice la sabiduría popular,  “mear fuera del tiesto”. En términos kantianos se quedan en el fenómeno y dejan en el olvido "la cosa s¡ en sí". La palabrería no solo no soluciona el problema, sino que lo desfigura y oculta. Hay que descompone el problema en sus elementos y tratar uno por uno para llegar a las raíces del odio. Solo así se podrá ver y tener una relación con el verdadero problema.

Volver arriba