Como la de cualquier gran país, la historia de España tiene paginas heroicas, de villanías y de graves errores. Pero tal vez esté entre los únicos de los grandes países que el legislador haga leyes sobre los animales sin consultar a los veterinarios, sobre educación sin consultar a los enseñantes y docentes, sobre el mundo rural sin jamás haber hablado con los campesinos, ni los aldeanos ni puesto pie en tierra firme y haber pisado mierda de animal, que nombra fiscal General del Estado a personas que han hecho parte del Consejo de ministros y que justifican su independencia entregando la mañana de su juramento el carnet del partido como si las creencias y la ideología se pudiera cambiar como se cambia el abrigo lo que demuestras que el que lo hace es un chaquetero. Lo único que necesita el gobernativo es lingüistas que pongan nombres nuevos a realidades viejas, por ejemplo, a la amnistía le llamen solidaridad/generosidad, para convencer al contribuyente de que la realidad es una imaginación y la única realidad real es el relato.