Lo que ven los ciegos

Desde el origen de la memoria a la sombra de la higuera, con el tiempo en sus brazos, azotado por un diario de recuerdos íntimos e incomunicables, las gentes, como madreselvas embriagadas por el rocío de la mañana, acunadas por la música monótona de las pisadas de las calles, bruma de hollín de siglos, y por una nube de ecos confusos, casi en silencio, charlan y, colocan en el aire, reforzadas con gesto inconfundibles, palabreas de belleza incorruptible.  Dia propicio para mirar lo que ven los ciegos, lo claro de la oscuridad.

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