Hoy me dijo: Leer permite ver cosas serias de manera divertida y cosas divertidas de manera seria, descubrir mundos sin gastar zapatos, dialogar con las mentes más privilegiadas de nuestros antepasados o geniales y vagabundas de nuestros días, imaginar mundos inexistentes que nos gustaría que existieran: vivir otras vidas. Uno puede leer por necesidad para preparar una oposición, un trabajo, por pasión de adquirir conocimiento o por puro placer. Uno puede leer siguiendo la lista de los más leídos, algo que descubrió visitando librerías o por temas. Entre estos últimos está un amigo mío, ateo confeso, que este verano se ha propuesto leer biografías de San de Asís. Entre otras “God´s pauper St. Francis of Assis” (Kazantzakis), “Francesco d´Assisi profeta per il nostro tempo” (N. G. M. Doornik), “San Francisco de Asís” (Chesterton). Leer me ayuda a ver y disfrutar o sufrir detalles de mi vida y de la vida de los demás que sin haber leído me hubiesen pasado desapercibidos. Al mismo tiempo, observar la vida me permite un sentido crítico de la lectura.