Se ha puesto así rostro a cristianos que han sido recientemente víctimas de la persecución. Además, se ha podido escuchar en vivo a dos testigos de excepción: el padre Luis Escalante, postulador de la causa de beatificación del Padre Ragheed Ganni, joven sacerdote iraquí, asesinado junto a tres compañeros en Irak, y el Padre Patrick Anthony Akpabio, gran conocedor de la persecución a los cristianos en su Nigeria natal.
Tras escuchar a los testimonios, el cardenal José Cobo ha querido ofrecer unas palabras a los fieles que estaban presentes en la Catedral de la Almudena donde ha querido recordar en la memoria a todos aquellos que «son perseguidos por el mero hecho de ser cristianos. Pasados los siglos, nuestra Iglesia sigue siendo de mártires, de brotes de esperanza y de una misteriosa unidad». La persecución, ha dicho el cardenal José Cobo, «genera una unidad que nos recuerda que no renuncian al amor concreto en medio de la necesidad. Algunos, con el lenguaje de la fe, son capaces de sacar el rostro del consuelo y de la paz en medio de la persecución».
Y aunque muchos lo silencien, ha lamentado José Cobo, «no podemos olvidarlos». Noches como esta, «de testigos» - ha subrayado el arzobispo de Madrid - «nos recuerdan que cuando un miembro sufre en el Cuerpo de Cristo los demás quedamos solidarizados con él y requiere de la atención especial del resto de los cristianos».
Para ello, ha insistido, «hay que tomar conciencia, crear vínculos de amor y dejarnos interpelar por ese dolor, sin caer en el victimismo, sino siendo conscientes de nuestra realidad y belleza de la fe»