El obispo electo de Ávila quiere ser "signo de unidad" en un momento marcado por las "polarizaciones" Jesús Rico: "Me gustaría una Iglesia abierta a todos, especialmente a los débiles y pobres de cualquier tipo"
"Cuando me llamó por teléfono el prefecto del Dicasterio de Obispos, me vinieron a la cabeza las palabras de Santa Teresa: 'nada te turbe, nada te espante….. Solo Dios basta'" "Acepté con paz, pensando que era un paso más en el SÍ dado al Señor hace ya 40 años"
"Ser obispo de una diócesis marcada por tantos santos y de tal calibre no solo impone, sino que es un desafío personal y pastoral"
"Estamos en un momento de polarizaciones. Nosotros hemos de ser signo de unidad y ese es uno de los mejores servicios que podemos prestar a nuestra gente"
"Es obvio que hay resistencias, pero es también obvio que es el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, quien conduce la Iglesia"
"Estamos en un momento de polarizaciones. Nosotros hemos de ser signo de unidad y ese es uno de los mejores servicios que podemos prestar a nuestra gente"
"Es obvio que hay resistencias, pero es también obvio que es el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, quien conduce la Iglesia"
Le ha llegado la mitra a los 68 años, pero Jesús Rico García (Montemayor de Pililla, Valladolid, 1954), accede a servir a la diócesis de Ávila en plena madurez y con su celo apostólico intacto. Precisamente hoy, su nueva diócesis le recibió en Aldeanueva, el primer pueblo de la provincia. Como actual rector del Colegio Español de Roma y miembro de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús ha pasado media vida promoviendo vocaciones sacerdotales, aunque reconoce que, para hacerlo, "no hay una varita mágica".
Feliz de ser obispo "de una diócesis marcada por tantos santos y de tal calibre", el nuevo obispo quiere ser "signo de unidad" en un momento marcado por las "polarizaciones" y sueña, como Francisco, "con una Iglesia abierta a todos, especialmente a los débiles y pobres de cualquier tipo", aunque reconoce que "hay resistencias", pero confía en el Espíritu, que "es quien conduce la Iglesia".
¿En qué o en quiénes pensó, cuando el Nuncio le comunicó su nombramiento como obispo de Ávila?
En mi caso no fue el Nuncio, sino el Prefecto del Dicasterio de obispos. En ese momento yo era rector del Colegio Español de Roma. Para mí fue una sorpresa. El domingo 7 de mayo, por la tarde sonó el teléfono móvil. Yo no conocía el número y estuve a punto de no contestar. Era el Secretario del Dicasterio que me pedía que fuese hablar con ellos.
Como he dicho en otras entrevistas, me vinieron a la cabeza las palabras de Santa Teresa: “nada te turbe, nada te espante….. Solo Dios basta”
¿En algún momento pensó en renunciar a la mitra?
Al Prefecto le objeté que tenía ya 68 años, pero me dijo que eso lo habían comentado y no había dificultad. Lo pensé y acepté con paz, pensando que era un paso más en el SÍ dado al Señor hace ya 40 años.
Tres obispos operarios en España. ¿La confraternidad sacerdotal está de moda?
Somos una Asociación Sacerdotal. No sé, si estará de moda. Sí sé que nuestro Fundador pensaba que nuestra Asociación debería ser un medio para nuestra más fácil santificación. Cuando entramos en la Hermandad es, fundamentalmente, para ayudarnos a ser unos buenos sacerdotes. Si por eso, estuviese de moda, bienvenido sea.
Realmente primoroso el Cenotafio de los Santos Hermanos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta en la homónima Basílica de la ciudad de Ávila. Y creo que ni la mejor foto le hace toda su justicia. Hay que verlo al natural#FelizViernes#FelizFinDeSemana#BuenosDiaspic.twitter.com/1gI3osSVYJ
— Románico en España (@RomanicoEspana) June 30, 2023
Hablar de Ávila es hablar de cumbres de la mística. ¿Impone ser obispo de una diócesis marcada por tantos santos y de tal calibre?
No solo impone, sino que es un desafío personal y pastoral. Hoy necesitamos “amigos fuertes de Dios”, que decía la Santa. Necesitamos una fe profunda que nos lleve a testimoniar a ese Dios que conocemos. Esa experiencia nos llevará a recrearnos pastoralmente para poder ofrecer y transmitir la alegría del Evangelio al mundo de hoy
¿Qué es lo que más le gustaría conseguir durante su estancia al frente de la diócesis de Ávila?
Sin duda ser, a imagen del Buen Pastor, signo de unidad y de comunión, animando a caminar juntos como Comunidad que comparte carismas y ministerios y se siente llamada a transmitir la dicha del Evangelio. Una Iglesia abierta a todos, especialmente a los débiles y pobres de cualquier tipo.
Como operario, es usted especialista en vocaciones al sacerdocio. ¿Cómo salir de este ya largo invierno vocacional?
Eso de especialista es mucho decir. No hay varita mágica. Jesús nos pide rogar al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Durante estos años hemos hablado mucho de métodos, instrumentos. No sé si nos hemos parado a pensar qué es lo que Dios nos pueda estar pidiendo como Iglesia en estos momentos tan cruciales y por qué caminos nos invita a transitar. El problema, tal vez no sea de metodologías, estrategias pastorales…, sino de una vuelta a las raíces de nuestro ser cristiano.
¿El Colegio español de Roma sigue siendo una cantera inagotable de futuros prelados?
En estos tres años que he estado de rector han sido 10 los nombrados obispos, antiguos alumnos. El Colegio fue creado por el Beato Manuel Domingo y Sol en unos momentos en que la formación sacerdotal en España estaba bajo mínimos. Pienso que fue un medio importante para la renovación del clero español. El número de obispos que han salido y salen es un signo de ello.
¿Cómo ve a esta España convulsionada por dos procesos electorales seguidos?
Estamos en un momento de polarizaciones. Nosotros hemos de ser signo de unidad y ese es uno de los mejores servicios que podemos prestar a nuestra gente. El bien común está por encima de ideas, gustos y ambiciones personales y de grupo.
¿Qué hacer para que la Iglesia recupere la credibilidad perdida por los casos de pederastia clerical?
Creo que se han dado pasos importantes en este grave problema. Su renovación y credibilidad sólo vendrá, como decía en mi primer saludo a los diocesanos de Ávila, de la fuerza de una vivencia profunda de la fe y un testimonio coherente. Al respecto no hemos de ser pesimistas. Hoy en muchos contextos de marginación está la presencia de la Iglesia, apoyando a tantas personas que viven al margen del resto de la sociedad y esto es valorado por nuestra gente, aunque no sea creyente. Tendemos a fijarnos en lo negativo, pero es importante ver y esforzarnos por mostrar lo positivo, que es mucho.
¿Conseguirá el Papa Francisco llevar a buen puerto las reformas de la Iglesia?
Las reformas en la Iglesia siempre son lentas. Hay que dar tiempo al tiempo. Pensemos en las reformas planteadas por cualquier concilio. El Papa Francisco, sin duda ha puesto las bases para que se lleven a cabo las reformas necesarias para caminar con una mayor fidelidad al Evangelio. Nos invita constantemente a volver a Jesús. Es obvio que hay resistencias, pero es también obvio que es el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, quien conduce la Iglesia. Por eso, hemos de caminar con confianza, sabiendo que, a pesar de las dificultades, todo llegará a buen término. Un rector que tuve en Salamanca decía que el secreto de la pastoral está en la constancia.
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