El Seminario Interdiocesano Santiago Apóstol celebra el Día del Seminario García Cadiñanos, a los seminaristas: "Prepárense con entusiasmo y cultiven la fraternidad"

En un ambiente de profunda alegría y marcado por la festividad de San José, el obispo de Mondoñedo-Ferrol presidió la solemne celebración del Día del Seminario en el Seminario Interdiocesano Santiago Apóstol
Estuvo acompañado por los obispos de las diócesis de Santiago de Compostela, por el equipo formativo, sacerdotes y seminaristas
El prelado recordó a los seminaristas el significado trascendental del Seminario como: "la esperanza de una Iglesia diocesana, porque aquí se va construyendo y edificando nuestras iglesias particulares del futuro"
Les recordó también la trascendencia del presente en su formación, enfatizando que "el futuro se fragua en el presente" y los animó a centrarse en el "hoy" de su discernimiento, formación y vida comunitaria
El prelado recordó a los seminaristas el significado trascendental del Seminario como: "la esperanza de una Iglesia diocesana, porque aquí se va construyendo y edificando nuestras iglesias particulares del futuro"
Les recordó también la trascendencia del presente en su formación, enfatizando que "el futuro se fragua en el presente" y los animó a centrarse en el "hoy" de su discernimiento, formación y vida comunitaria
(Archicompostela).- En un ambiente de profunda alegría y marcado por la festividad de San José, el obispo de Mondoñedo-Ferrol, mons. Fernando García Cadiñanos, presidióla solemne celebración delDía del Seminario en el Seminario Interdiocesano Santiago Apóstol. Estuvo acompañadopor los obispos de las diócesis de Santiago de Compostela, mons. Francisco José Prieto Fernández; de Tui-Vigo, mons. Antonio José Valín Valdés; así como el emérito de Tui Vigo, mons. Luis Quinteiro Fiuza; por el equipo formativo, sacerdotes y seminaristas.
El prelado, que era la primera vez que presidía esta celebración en este Seminario, expresó su profunda alegría por compartir este momento especial, recordando con afecto un encuentro previo en Roma con los seminaristas. Dirigiéndose a ellos, destacó la importancia de este primer año del Seminario Interdiocesano.

Mons. García Cadiñanos subrayó el significado trascendental del Seminario como «la esperanza de una Iglesia diocesana», afirmando que es aquí donde se sientan las bases para el futuro de las iglesias particulares y de la iglesia en Galicia. «En el Seminario están puestos nuestros ojos, porque aquí se va construyendo y edificando nuestras iglesias particulares del futuro» añadió.
Con una mirada puesta en el porvenir, el obispo animó a los seminaristas a prepararse con entusiasmo y a cultivar la fraternidad, la valoración mutua y la corrección fraterna, conformando una comunidad de talla humana en este ejercicio de sinodalidad que une los esfuerzos de tres Diócesis.
Les recordó también la trascendencia del presente en su formación, enfatizando que «el futuro se fragua en el presente» y los animó a centrarse en el «hoy» de su discernimiento, formación y vida comunitaria.
Mons. García Cadiñanos resaltó la figura de San José, subrayando cuatro cualidades esenciales que lo convierten en un modelo inspirador para la vida sacerdotal. En primer lugar, como custodio de la Virgen y de Jesús, reflejando la vocación del sacerdote para custodiar la fe de sus comunidades. En este sentido, mons. García Cadiñanos subrayó la importancia de ejercer esta custodia con «ternura y responsabilidad», cualidades esenciales en el lenguaje actual.
La segunda cualidad es la obediencia, es decir, la capacidad de San José para adecuar su vida a la voluntad de Dios es un ejemplo crucial para la formación sacerdotal. «El seminario es el momento para desarrollar la capacidad de escuchar la voluntad de Dios y de la Iglesia,» destacó el obispo.

La tercera, el silencio, afirmando que a pesar de que los Evangelios no recogen palabras de San José, su vida fue un testimonio elocuente. Así, el prelado invitó a los seminaristas a prepararse para un silencio interior que refleje el verdadero protagonismo de Cristo en sus vidas.
Y, por último, el servicio. Afirmó que San José vivió de manera oblativa, anulándose a sí mismo por el proyecto de salvación. Esta actitud, según Mons. García Cadiñanos, debe inspirar a los sacerdotes a despojarse de sí mismos para ofrecerse a los más necesitados, siendo sembradores de esperanza.
El obispo subrayó que los valores y enseñanzas de San José son fundamentales para construir una vida sacerdotal sólida, no solo para el crecimiento individual de los seminaristas, sino también para el bien de los presbiterios y de las iglesias particulares en Galicia. Además, animó a los sacerdotes presentes a involucrarse activamente en este proceso, valorando la presencia, la cercanía pastoral y la amistad como herramientas clave para inspirar vocaciones en los jóvenes.
Finalizó la homilía con un mensaje de esperanza y una bendición a los seminaristas, así como a los sacerdotes presentes, pidiendo a San José su guía y protección para continuar fortaleciendo las vocaciones.
