Este domingo, añadía monseñor Cobo, «Jesús nos advierte de que Dios no es el único que trabaja. Otros se lo ponen difícil a la siembra» y eso, «nos puede desanimar». Pero Dios está presente y es «más fuerte que el mal». Aunque en algunas ocasiones no lo parezca, «es una insensatez pensar que Dios no crece entre nosotros»: Jesús apuesta a que el trigo puede crecer entre la cizaña.
"Un poquito de levadura hace que fermente la parroquia y el barrio"
Del mismo modo, expresaba el arzobispo haciendo referencia a la parábola de la mujer que pone levadura para hacer el pan: «Por un poquito que pongas de tu parte, Dios hace el resto», decía. Porque parece que las cosas se enquistan, que no salen, que cuestan o nos desaniman, aunque «un poquito de levadura hace que fermente la parroquia y el barrio».
El vicario territorial, Juan Pedro Gutiérrez ha recordado que hace 60 años que el arzobispo de entonces, monseñor Casimiro Morcillo «quiso que en cada barrio hubiera una parroquia», también en Villaverde. Eso, explicaba, ha permitido que la Iglesia tenga presencia en cada lugar de la ciudad y del barrio. Hoy, «recibimos a nuestro nuevo obispo y queremos mostrar la comunión con él para que pueda seguir animando la vida de la vicaría y de la Iglesia de Madrid».
"La iglesia de Madrid necesita a Villaverde. Si falta, a Madrid le falta algo y si faltáis vosotros a Madrid le falta algo"
«La iglesia de Madrid necesita a Villaverde. Si falta, a Madrid le falta algo y si faltáis vosotros a Madrid le falta algo», se despedía el prelado, que no perdió la oportunidad de pedir que recen por él. Terminan así las tres primeras misas que dan por comenzado el ministerio pastoral de monseñor José Cobo como arzobispo de Madrid desde que el pasado 8 de julio tuviese lugar la ceremonia en la catedral. Próximamente, el arzobispo de Madrid viajará a Lisboa donde se reunirá y acompañará a los jóvenes de la diócesis en la Jornada Mundial de la Juventud.