El contacto con los archivos ha configurado el pensamiento del obispo electo de Girona "Octavi Vilà está preparado para liderar un obispado, aunque aquí perdamos un referente intelectual"
Vilá dejaba atrás una intensa trayectoria académica compaginada con la labor de bibliotecario en esta instalación, abierta en el corazón de Tarragona en 1974 y donde se llegaron a coleccionar más de 800 cabeceras diferentes de revistas y diarios, así como una cantidad ingente de libros y publicaciones locales únicas y documentos y archivos publicados desde mediados del siglo XVIII
Desde Poblet, Octavi Vilà pudo conocer más profundamente una parte de la historia contemporánea a través del fondo del presidente Josep Tarradellas (1899-1988)
| Xavier Pete
(Agencia Flama).- El frío de los primeros meses de 2005 representó una prueba para Octavi Vilà , obispo electo de Girona. Acostumbrado al clima suave y agradable de una ciudad costera como Tarragona, acababa de cumplir cuarenta y dos años y decidió realizar una estancia de dos meses en el Monasterio de Poblet en una de las épocas más duras del año. "Es para saber si soy capaz de resistirlo", confesó Vilà a Mercè Toldrà , actual directora del Museo del Puerto de Tarragona, justo antes de probar aquella nueva experiencia. Esto ocurría unos años después de que sus caminos profesionales se cruzaran, al terminar sus carreras, en la Hemeroteca de la antigua Caixa Tarragona , desaparecida desde 2023.
Un año más tarde, Vilà ya vestía el hábito como monje cisterciense. Dejaba atrás una intensa trayectoria académica compaginada con la labor de bibliotecario en esta instalación, abierta en el corazón de Tarragona en 1974 y donde se llegaron a coleccionar más de 800 cabeceras diferentes de revistas y diarios, así como una cantidad ingente de libros y publicaciones locales únicas y documentos y archivos publicados desde mediados del siglo XVIII. “Él estaba predestinado a ser su director después de la jubilación de Lluís Navarro, fundador de la entidad, pero las cosas continuaron por otro camino”, recuerda Núria Gavarró , directora del Archivo Montserrat Tarradellas y la historiadora que recibió el encargo, en su primera labor profesional, de sustituir a Vilà, que había pedido una excedencia para probar la vida contemplativa.
Un destino que estaba casi escrito si no hubiera sido porque el padre de Vilà, vinculado a la caja de ahorros tarraconense y, por tanto, a la Hemeroteca, también se encargaba de las cuentas de la Hermandad y el Patronato de Poblet. "Para Octavi, el monasterio era como su segunda casa desde pequeño", justifica Toldrà. Su padre influyó en crear un ambiente religioso en Vilà, el pequeño de cuatro hermanos —dos hombres y una mujer, que han destacado en los campos de la medicina y la justicia—, lo que les permitió conocer al abad Maur Esteva (1933-2014) en breve. Con él, Vilà realizaría varios viajes a Roma antes de entrar en el Monasterio.
Un bibliotecario "con mentalidad abierta y sensibilidad social"
Vilà compaginó su trabajo en la Hemeroteca (1983-2005) formándose en otros campos de estudio. En la Universidad de Barcelona, se diplomó en Biblioteconomía y Documentación (1987) desplazándose en tren unos días por semana. "Trabajábamos y estudiábamos a la vez, y él, entonces, ya destacaba por una profesionalidad notable en el tratamiento del material que llegaba a sus manos", destaca Dolors Saumell , directora de la Biblioteca Pública de Tarragona, que le acompañaba en aquellos viajes. “Se especializó en la historia contemporánea, en el catalanismo y en los conflictos sociales y políticos, así como en su resolución; esto le proveyó de una mentalidad abierta y de una sensibilidad social remarcable”, opina Saumell.
Desde Poblet, Octavi Vilà pudo conocer más profundamente una parte de la historia contemporánea a través del fondo del presidente Josep Tarradellas (1899-1988). “Por ejemplo, me consta que la biografía que escribió Joan Esculies sobre Tarradellas hace dos años fue leída y comentada internamente por los monjes de Poblet, y Vilà, en este sentido, tiene una visión pragmática de la sociedad muy cercana a la del político catalán”, compara Gavarró. Un análisis que esta historiadora ha podido realizar tras acompañar a Vilà, ya como padre abad, en las diversas recepciones oficiales hechas en Poblet a numerosas autoridades de primer nivel. "Está preparado para liderar una diócesis -sostiene-, aunque Tarragona pierda un referente intelectual ".
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