Morga: “Una tentación del sacerdote es tiranizar al rebaño” Rouco reconoce que “hubo sus discusiones” entre los obispos por el documento sobre el terrorismo

(José M. Vidal).- El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, reconoce que, entre los obispos españoles, "hubo sus discusiones" sobre la validez y el elcance de algunos de los documentos aprobados por la Conferencia episcopal española. En concreto, sobre el titulado "Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias" de 2002 o sobre a última declaración de la comisión permanente de 2012, en la que se advertía que "propuestas políticas encaminadas a la desintegración unilateral de esta unidad (de España) nos causan una gran inquietud".

Así lo confesó el cardenal en la clasura de una Jornada académica de la Facultad de Derecho canónico de la universidad San Dámaso, con la presencia del cardenal húngaro, Peter Erdo y del secretario de la Congregación del Clero, el español Celso Morga.

El primero en intervenir fue Celso Morga, recientemente confirmado en su cargo por el Papa Francisco. El prelado riojano comenzó reconociendo la existencia de "una crisis sacerdotal", quizás porque "el ministerio sacerdotal es una carrera de fondo que dura toda la vida y exige fidelidad".

Y les recomendó a los curas: vida espiritual, formación permanente y una clara identidad sacerdotal. Porque "el sacerdocio es una identificación ontológica con Cristo". Tanto es así que, como decía el Cura de Ars, "después de Dios, el sacerdote lo es todo". Una "afirmación escandalosa, pero cierta", según el prelado.

Si eso está claro, el sacerdote se aleja de la "concepción funcionalista" de su ministerio, que no tiene nada que ver con una profesión. Y solo así podrá evitar dos tentaciones: "La de ejercer el ministerio, tiranizando al rebaño o la de caer en el democraticismo".

Según Morga, "no podemos estar continuamente haciendo experimentos con el sacerdocio católico" e invitó a los curas a "caminar a la intemperie", asumiendo "los escándalos de algunos que caen sobre todos los demás". También les pidió que hagan frente a los que intentan "difundir una imagen del sacerdote como algo del pasado".

El cardenal Erdo

Tras la disertación de Janusz Kowal, el jesuita profesor de la Gregoriana sobre "el influjo del Vaticano II en la renovación del derecho matrimonial canónico", le tocó el turno al primado de Hungría, cardenal Peter Erdo, canonista de prestigio, presidente del Consejo de las Conferencias episcopales europeas y al que el Papa acaba de designar relator del próximo Sínodo sobre la familia. "Un gran canonista, que se entiende a sí mismo no sólo como un lguleyo, sino como un teólogo", explicó Rouco Varela, sentado a su lado.

En una larga conferencia leída en italiano, el purpurado húngaro, como buen canonista, explicó a fondo "la naturaleza teológica y jurídica de las conferencias episcopales". Subrayó, entre otras cosas, que "el concilio puso el acento en la colegialidad" y que las conferencias episcopales son "una forma determinante del espíritu colegial". Tanto es así que sus documentos tienen "potestad vinculante".

Otro valor añadido de las conferencia episcopales, según Erdo, es que "ayudan mucho en los contactos con los Gobiernos de cada país", siempre que se evite el riesgo de que "dependan exageradamente de la política".

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