El obispo de Huelva denuncia que "hay fuerzas que quieren desprestigiar esa voz de la Iglesia" Santiago Gómez: "La Iglesia va de una guerra a otra, cuando no es las inmatriculaciones, es la asignatura de Religión o los casos de abusos sexuales”
"La Iglesia hizo lo que la ley le permitió, es decir, inscribir lo que ya era suyo y lo que se ha notificado han sido algunas incidencias"
| RD/Agencias
“La Iglesia, de alguna manera, es todavía para muchas personas un referente moral, pero cuando estamos en una nueva cultura, sin memoria de nuestra tradición cultural y de los valores que han dado forma a Occidente, hay fuerzas que quieren desprestigiar esa voz de la Iglesia, por lo que vamos de una batalla a otra”. El obispo de Huelva, Santiago Gómez, ha asegurado que "la Iglesia va de una guerra a otra, ya que cuando no es las inmatriculaciones, es la asignatura de Religión o los casos de abusos sexuales".
En una entrevista con Ep, el prelado reitera que “un solo abuso que hubiera es un escándalo del que arrepentirse y tomar las medidas necesarias de acompañamiento a las víctimas y sanación de esas situaciones” y “por supuesto, un pastor que hiciera eso no tendría sitio en la vida de la Iglesia”.
No obstante, Gómez ha señalado que “los casos surgidos en la vida de la Iglesia, dicho por instituciones independientes, representan el 0,2 por ciento de los que han sucedido en el conjunto de la sociedad”.
“Pero es cierto que hay que avergonzarse y reaccionar cómo se ha hecho, como la constitución de oficinas de denuncias y la reacción firme contra ello”, ha incidido el obispo.
"No hay causa" en las inmatriculaciones
Al tiempo, ha asegurado que en relación a las inmatriculaciones, “el resultado final es que no había causa para esa acusación injusta que se había hecho hacia la Iglesia”.
En este sentido, Gómez ha recordado que la inmatriculación es “registrar por primera vez un bien en el registro de la propiedad, órgano que se crea a mediados del siglo XIX”, por lo que “la Iglesia no pudo inscribir sus propiedades, puesto que su finalidad eran las transacciones de la compra y venta de bienes urbanos o rústicos”, por ello, “todo el mundo entendía que una iglesia no se iba a vender y sabía de quién era, por lo que no había necesidad de ello”.
Por otro lado, Gómez ha detallado que desde los años 90 hasta 2015 “se abre esa la posibilidad de que la Iglesia inscriba un bien, mediante un certificado en el que figurara como su propietario, así como el uso inmemorial que se hacía de él”.
Al respecto, Gómez ha señalado que “algún obispo, incluso señaló que esta inmatriculación no era necesaria”, puesto que “la propiedad se demostraba por el uso de estos bienes”, de lo que “se entiende que de aquello que la Iglesia estaba haciendo uso de manera pacífica, no era necesaria otra gestión administrativa o burocrática”.
“Por lo tanto, la Iglesia hizo lo que la ley le permitió, es decir, inscribir lo que ya era suyo y lo que se ha notificado han sido algunas incidencias”, ha subrayado Gómez.
Así, el obispo ha explicado que en Huelva “solo se ha contabilizado cinco incidencias”, por un lado, dos propiedades en Berrocal que tienen otra titularidad, es decir, que no pertenecen a la Iglesia, y por otro lado, tres propiedades en Ayamonte que, siendo de titularidad de la Iglesia, han sido adquiridos por otro procedimiento distinto a la inmatriculación en el período 1998-2015.
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