Para el arzobispo, la gestión de la pandemia "ha sido desigual", algo que considera que "desazona" a los ciudadanos cuando ven que hubo "mucha improvisación, no pocas mentiras, y la intervención de la vida de una entera sociedad donde los sentimientos, los divertimentos, las creencias, la libertad, quedaban confinadas al albur de los 'magos de oz' o de los gurús con los martillos de siempre".
Perpetuarse en las poltronas del poder
No obstante, ha incidido en que "hay una plausible excepción que se refiere a nuestra región asturiana, donde la crisis sanitaria se ha planteado y gestionado con sensatez, prudencia y razonables medidas, en medio de un aluvión de gentes que nos han visitado en estos meses de verano". "Lo he dicho en varias ocasiones: que la gestión que de esta circunstancia se ha hecho en Asturias es de agradecer en el noble intento y el cuidadoso tiento con el que nuestras autoridades autonómicas y municipales, nuestros sanitarios y fuerzas de seguridad, han hecho bien sus deberes dentro de lo mejorable que tiene toda acción humana. Yo lo vuelvo a agradecer públicamente", ha destacado.
Blázquez: "Hay futuro y nuevo comienzo"
Por otro lado, el cardenal de Valladoid, Ricardo Blázquez, ha hecho un llamamiento a la unidad para salir de la"nube oscura" en la que ha introducido la pandemia del Covid-19 a la ciudadanía, al tiempo que ha apelado a la solidaridad para avanzar en la defensa de la "vida, la salud y la reconstrucción económica".
"Estamos en una situación penosa y larga, que limita nuestros movimientos, recorta la comunicación, que oscurece de incertidumbres nuestro futuro", ha señalado, tras lo que ha exclamado: "¡Hay futuro y nuevo comienzo!".
"Todos estamos bajo el mismo riesgo, todos padecemos 'confinamiento' personales y sociales, interiores y exteriores. No hay fronteras a la pandemia. Todos vamos en la misma barca, envueltos en la misma oscuridad, amenazados por la misma tempestad", ha señalado.
"Todos estamos bajo el mismo riesgo, todos padecemos 'confinamiento' personales y sociales, interiores y exteriores. No hay fronteras a la pandemia. Todos vamos en la misma barca, envueltos en la misma oscuridad, amenazados por la misma tempestad", ha señalado.
"Podremos salir de esta nube oscura si estamos unidos, solidariamente, aportando fraternalmente nuestra colaboración, cada uno, según las posibilidades y responsabilidad, prestemos nuestra cooperación, tanto en la quiebra de la salud como en la crisis económico y social que ya padecemos y que se manifestará con dura incidencia", aseguró Blázquez.
"Uno no puede ser cristiano si no es mariano"
Finalmente, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, apuntó que la fiesta de María es una ocasión de esperanza, de esperar que la Virgen traiga gracias para la ciudad, pues “la intercesión de María es un instrumento constante”. Y ha explicado que el cristiano tiene que confiar en las gracias que Dios ha volcado sobre María, “que son todas singulares”. “Uno no puede ser cristiano si no es mariano y aunque Cristo nos da la salvación, en ella encontramos todas las gracias”, ha asegurado.
Asimismo, Demetrio ha instado a los cordobeses a mantener viva la esperanza y a no dejar que la situación del covid-19 enfríe la fe. En este sentido, ha recordado cómo la Virgen de la Fuensanta ha salvado históricamente a la ciudad de otras epidemias y crecidas del río. “María nos quiere salvar y nos va a salvar de esta situación”, ha aclamado.