El arzobispo de Madrid en la misa de inicio del nuevo curso escolar Cobo a los trabajadores de la curia diocesana: "Sois las manos, pies, ojos y corazón de la vida apostólica de la diócesis"
El martes 11 de septiembre ha tenido lugar en la catedral de la Almudena la Misa de inicio de curso de la curia diocesana de Madrid
Con ella, el curso escolar 2023 - 2024 se da por comenzado. Presidida por monseñor José Cobo, la celebración ha contado también con la presencia del obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino y otras autoridades de la archidiócesis
"Cuando empieza un curso nuevo, aparecen nuevos retos, pero también los viejos cansancios y las viejas tentaciones. Os invito a que nos abramos a un nuevo comienzo"
"Madrid, junto con toda la Iglesia, está recorriendo un camino sinodal y hay tres puntos sobre los que, pidió a los presentes, hay que poner especial interés: participación, comunión y misión", ha apuntado
"Cuando empieza un curso nuevo, aparecen nuevos retos, pero también los viejos cansancios y las viejas tentaciones. Os invito a que nos abramos a un nuevo comienzo"
"Madrid, junto con toda la Iglesia, está recorriendo un camino sinodal y hay tres puntos sobre los que, pidió a los presentes, hay que poner especial interés: participación, comunión y misión", ha apuntado
(Archimadrid).- El martes 11 de septiembre ha tenido lugar en la catedral de la Almudena la Misa de inicio de curso de la curia diocesana de Madrid. Un tradicional evento en la que los trabajadores del Arzobispado de Madrid, los vicarios de la diócesis y los delegados de las distintas instituciones y organizaciones, junto con el arzobispo, celebran una Eucaristía. Con ella, el curso escolar 2023 - 2024 se da por comenzado. Presidida por monseñor José Cobo, la celebración ha contado también con la presencia del obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino y otras autoridades de la archidiócesis.
«Iniciar un curso nuevo es una oportunidad, también de renovar las tareas encomendadas», ha comenzado el arzobispo en su homilía. «Cuando empieza un curso nuevo, aparecen nuevos retos, pero también los viejos cansancios y las viejas tentaciones. Os invito a que nos abramos a un nuevo comienzo». Este curso que empieza, debemos afrontarlo desde la fe, explicaba. La curia diocesana no es solo una estructura, sino una llamada a ser fieles, a anunciar a Cristo y para sentirse Iglesia. «Qué mejor forma de empezar el curso que sentirse comunidad. Un lugar donde se vive la vida de la Iglesia».
"Qué mejor forma de empezar el curso que sentirse comunidad. Un lugar donde se vive la vida de la Iglesia"
A veces se puede perder la perspectiva de estar al servicio de los demás. Y es entonces cuando nacen las «parálisis» y nuestras tareas se vuelven «formalistas y vacías». Es necesario, entonces renovar la idea de que «somos parte importante de nuestra Iglesia diocesana, sabiendo que sin el Señor no podemos hacer nada». Así, el arzobipo anima a estar «unidos al Espíritu de Dios» para estar más «unidos». También ha querido agradecer la tarea de todos los y las trabajadores de la curia y por «eso que se excede a la jornada de trabajo y se convierte en solidaridad y cariño». «Hacéis posible que prolonguemos la misión de Cristo», ha dicho.
"Vosotros sois las manos, pies, ojos y corazón» de la vida apostólica de la diócesis"
«Vosotros sois las manos, pies, ojos y corazón» de la vida apostólica de la diócesis y «sin vosotros el trabajo del obispo quedaría cojo», ha reconocido. Por eso, hace falta, repetía, renovar la misión y la visión de trabajar para el plan de Dios.
Además, apuntaba que la Iglesia de Madrid, junto con toda la Iglesia, «está recorriendo un camino sinodal» y hay tres puntos sobre los que, pidió a los presentes, hay que poner especial interés: participación, comunión y misión. Participación para que todos puedan sentirse parte del trabajo de los demás y de la realidad de toda la diócesis; comunión «para ser capaces de reconocer la diversidad como un don de Dios» y la misión de la Iglesia «que nos hace vulnerables y nos permite reconocernos pequeños», pero que también nos ha de recordar que el trabajo ha de ser siempre, y sobre todo, en servicio para los últimos. «Nuestra misión es ser cauce del amor de Cristo», finalizaba.
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