No hubo boda, ni sonó Hakuna, ni oficiaron sacerdotes... Esto fue lo que pasó ¿Un "acto de exaltación sodomítica"? Madrid se pliega a las críticas ultras y lamenta la celebración de una pareja gay en una ermita privada en El Escorial
La pareja, que ya había contraído matrimonio días antes en el juzgado, quiso compartir la fiesta en un recinto privado, aunque sacralizado. Incluso, en los vídeos compartidos en redes sociales, se escuchan canciones de Hakuna, aunque en realidad eso no sucedió, sino que salieron con la canción “I’m yours” de Jason M’raz
"El Arzobispado de Madrid no fue informado ni consultado sobre la posibilidad de realizar dicha celebración, siendo un acto unilateral de la finca que tendrá efectos canónicos al respecto"
Algunos de los presentes aseguran que no hubo "ningún rito católico" durante el acto. Ni oraciones, ni lecturas, ni bendiciones litúrgicas. "Lo único que ocurrió fue que se invitó a los amigos de la pareja a rezar por ellos", señalan dichas fuentes, que justifican la presencia de alguna simoblogía religiosa, porque "ambos son religiosos". También hubo presencia, como invitados -no como oficiantes- de tres sacerdotes y un religioso, amigos de la familia
Se casaron civilmente el jueves. El sábado, como había lluvia, la trasladaron a la ermita. Se tapó el altar mayor con un panel verde. Fue un rito civil, en el que intervinieron 13 personas que leyeron distintos textos. Lo único que pudieron hacer fue que en un momento determinado se arrodillaron y pidieron la oración de quienes le acompañaron
Algunos de los presentes aseguran que no hubo "ningún rito católico" durante el acto. Ni oraciones, ni lecturas, ni bendiciones litúrgicas. "Lo único que ocurrió fue que se invitó a los amigos de la pareja a rezar por ellos", señalan dichas fuentes, que justifican la presencia de alguna simoblogía religiosa, porque "ambos son religiosos". También hubo presencia, como invitados -no como oficiantes- de tres sacerdotes y un religioso, amigos de la familia
Se casaron civilmente el jueves. El sábado, como había lluvia, la trasladaron a la ermita. Se tapó el altar mayor con un panel verde. Fue un rito civil, en el que intervinieron 13 personas que leyeron distintos textos. Lo único que pudieron hacer fue que en un momento determinado se arrodillaron y pidieron la oración de quienes le acompañaron
El pasado fin de semana tuvo lugar, en la ermita de la finca «El Campillo» en San Lorenzo del Escorial, una celebración muy especial. La pareja, que ya habían contraído matrimonio días antes en el juzgado, quiso compartir la fiesta en un recinto privado, aunque sacralizado. Incluso, en los vídeos compartidos en redes sociales, se escuchan canciones de Hakuna. Hasta aquí, nada fuera de lo normal en un evento privado.
Sin embargo, la presión de algunos sacerdotes ultraconservadores, que llegaron a calificar el enlace de "acto de exaltación sodomítica", han llevado al Arzobispado de Madrid a emitir una nota en la que lamenta al celebración del acto, "unilateral de la finca que tendrá efectos canónicos al respecto".
En concreto, el sacerdote Juan Manuel Góngora, quien en los últimos tiempos se ha destacado por sus furibundas críticas tanto a Fiducia Supplicans como al Papa Francisco, y que no pierde ocasión de condenar cualquier actuación que tenga que ver con la sexualidad o la doctrina, difundió un vídeo del enlace, calificándolo de "exaltación sodomítica" y señalando que "si sois católicos y os invitan a irreverencias semejantes, no seáis complices de un pecado mortal".
Sin embargo, y aunque no hubo boda civil, y el acto se limitó a una celebración privada son muchas las incertidumbres que rodean al caso. Sea como fuere, la diócesis, bajo la presión de los sectores más ultraconservadores, emitió una nota "con el deseo de evitar la confusión", en la que recalca que "el Arzobispado de Madrid no fue informado ni consultado sobre la posibilidad de realizar dicha celebración, siendo un acto unilateral de la finca que tendrá efectos canónicos al respecto".
"En ningún caso está permitido realizar un matrimonio civil dentro de un recinto religioso", destaca el escrito, que incide en que "las ermitas familiares solo pueden ser usadas para el fin que la Iglesia les concede. No pueden ser lugar de celebraciones públicas religiosas, salvo autorización expresa del obispado, tampoco pueden ser objeto de finalidades comerciales ni lugares de celebraciones civiles de ningún tipo".
"De hecho, en su momento fueron concebidas únicamente para uso privado devocional de la familia propietarios de la misma y en ningún caso para ser ofrecidas como un servicio opcional lucrativo de una empresa dedicada a la organización de eventos sociales", finaliza la nota.
Qué fue lo que realmente ocurrió
¿Qué ocurrió realmente? Algunos de los presentes, en conversación con RD, aseguran que no hubo "ningún rito católico" durante el acto. Ni oraciones, ni lecturas, ni bendiciones litúrgicas. "Lo único que ocurrió fue que se invitó a los amigos de la pareja a rezar por ellos", señalan dichas fuentes, que justifican la presencia de alguna simoblogía religiosa, porque "ambos son religiosos", y aclaran que no hubo música de Hakuna, sino que los novios salieron al ritmo de “I’m yours” de Jason M’raz.
También hubo presencia, como invitados -no como oficiantes- de tres sacerdotes y un religioso, amigos de la familia. De hecho, nos confirman, la pareja se casó civilmente el jueves, y tenía previsto una celebración con amigos y familia en exterior. Finalmente, el sábado, como llovió la trasladaron a la ermita. Así, se tapó el altar mayor con un panel verde. Se trató, insisten nuestras fuentes, de un rito civil, en el que intervinieron 13 personas que leyeron distintos textos. Lo único que pudieron hacer fue que en un momento determinado se arrodillaron y pidieron la oración de quienes les acompañaban.
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