Reig Plá alerta de los "densos nubarrones sobre España" en su misa por los mártires de Paracuellos "¿Se nos va a prohibir respirar en católico?", se pregunta el obispo de Córdoba
Demetrio Fernández tilda la reforma educativa de "ley dictatorial", que "confunde sociedad con Estado, no admite la enseñanza a discapacitados ni la educación diferenciada y la desconcertada queda tambaleando"
"Hoy en España, cuando estamos llorando a nuestros hermanos mayores fallecidos en la pandemia, asistimos estupefactos a la promoción incluso de una ley de la eutanasia que pretende favorecer el suicidio asistido y el homicidio por parte de los sanitarios corrompiendo así el ejercicio de la medicina", añade Reig
“Nuestros hermanos mártires enterrados en este cementerio de Paracuellos derramaron su sangre, unida al sacrificio de Cristo en la cruz, por el bien de España y por la victoria de la fe”
“Nuestros hermanos mártires enterrados en este cementerio de Paracuellos derramaron su sangre, unida al sacrificio de Cristo en la cruz, por el bien de España y por la victoria de la fe”
“¿Se nos va a prohibir respirar en católico?”. El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se sumó al cada vez más creciente número de obispos que se ha posicionado en contra de la ley Celaá, que ha tildado de “ley dictatorial”.
En su homilía de este domingo en la catedral, el prelado insistió en que “no podemos entender una ley que excluye, que confunde sociedad con Estado, no admite la enseñanza a discapacitados ni la educación diferenciada y la desconcertada queda tambaleando: realmente es una ley dictatorial”.
“La ley está en trámite y tenemos a nuestro favor dictámenes de los tribunales y la Constitución”, proclamó Demetrio, quien animó a “defender los derechos de los niños adolescentes y jóvenes y de sus padres, de la sociedad y de la Iglesia, que tiene derecho a esta tarea de la educación integral de la persona”.
Reig: "Censurar el nombre de Dios"
En otro contexto (la misa-peregrinación por el día de Cristo Rey, en recuerdo de los mártires de Paracuellos), el siempre polémico obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plá, denunció cómo “hoy, como ocurrió en otros momentos de la historia, se ciernen densos nubarrones sobre España”.
“Con ello no me refiero sólo a la situación de incertidumbre y de dolor que ha provocado la pandemia que nos aflige”, señalaba el prelado, haciendo referencia a “otras nubes de oscuridad que atentan contra la sacralidad de la vida humana y contra la libertad de los hijos de Dios”.
“Son nubes oscuras que pretenden censurar el nombre de Dios y su relevancia en las instituciones y espacios públicos”, subayó Reig, quien denunció que “estamos viviendo una crisis institucional, social y económica muy grave que afecta tanto a las personas como a nuestras familias”.
“Al mismo tiempo se presentan propuestas dirigidas a robar la libertad de los padres para la procreación y la educación de sus hijos, leyes que de manera prepotente quieren cercenar la libertad de enseñanza, o que quieren retorcer la naturaleza de la persona negándole su identidad”, recalcó el prelado, quien añadió que “hoy en España, cuando estamos llorando a nuestros hermanos mayores fallecidos en la pandemia, asistimos estupefactos a la promoción incluso de una ley de la eutanasia que pretende favorecer el suicidio asistido y el homicidio por parte de los sanitarios corrompiendo así el ejercicio de la medicina”.
"Viva Cristo Rey y viva España"
“Nuestros hermanos mártires enterrados en este cementerio de Paracuellos derramaron su sangre, unida al sacrificio de Cristo en la cruz, por el bien de España y por la victoria de la fe”, apuntó Reig Plá destacando “el testimonio de su sangre derramada, sus gritos de “Viva Cristo Rey y viva España” y el perdón que salía de sus bocas, nos introducen en el gran anuncio proclamado por San Pablo y que es el centro de la fe cristiana: 'Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicia de los que han muerto'”.
“Nuestros hermanos mártires derramaron inocentemente su sangre afirmando la soberanía de Dios como camino para reconocer la dignidad de toda persona humana”, concluyó el prelado, llamado a “sembrar el evangelio de la reconciliación y de la vida bajo la bandera de Cristo, el rey de la paz”. “Al final de nuestra historia, queridos hermanos, habrá justicia y nuestro destino se juega en el amor a Dios y a los hermanos”, finalizó.