Francisco J.R. alcanza un acuerdo prejudicial y abonará 170.000 euros a sus víctimas El sacristán de Cieza reconoce los abusos y acepta una condena a cinco años de prisión
Las víctimas, satisfechas: "Lo más importante es que todo el mundo sabe lo que ha hecho, a pesar de que hubo personas que intentaron taparlo, y que entrará en prisión"
La vista de conformidad se ha celebrado a puerta cerrada dado el cariz de los delitos que se imputaban y para proteger la identidad de las víctimas. Junto a la indemnización, se mantiene una inhabilitación absoluta y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de las víctimas durante 15 y 25 años
Fue un pederasta. Francisco J. R., acusado de haber abusado de forma reiterada de tres monaguillos mientras ejercía como sacristán en una Iglesia de Cieza, ha reconocido los hechos, y se ha mostrado conforme al acuerdo pactado entre Fiscalía, acusación particular y su defensa, que suponen una condena de cinco años de prisión, y una indemnización de 170.000 euros.
En un principio, se había pedido una pena de 45 años para el sacristán, pero la Audiencia Provincial de Murcia le ha aplicado los atenuantes de confesión y de dilaciones indebidas, según han indicado fuentes judiciales. El sacristán tiene un plazo de diez días para presentarse en la cárcel de Campos del Río para cumplir la pena.
Regalos y amenazas
Ha quedado demostrado que Francisco J. R. mantuvo, de manera reiterada, relaciones sexuales de diverso tipo con los monaguillos, lo que hizo prevaliéndose de su condición de sacristán y ganándose su favor con la entrega de regalos.
Y ha mantenido también la fiscalía que si los niños no accedían a sus requerimientos sexuales, los amenazaba con no dejarles ayudar en misa ni salir en las procesiones.
La vista de conformidad se ha celebrado a puerta cerrada dado el cariz de los delitos que se imputaban y para proteger la identidad de las víctimas. Junto a la indemnización, se mantiene una inhabilitación absoluta y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de las víctimas durante 15 y 25 años.
Su hermana: "¡Que se vaya!"
Según informa La Verdad,las víctimas de las violaciones mostraban su satisfacción por la condena y por el reconocimiento de los delitos que cometió. "Lo más importante es que todo el mundo sabe lo que ha hecho, a pesar de que hubo personas que intentaron taparlo, y que entrará en prisión", señaló una de ellas.
Po su parte, la hermana del condenado gritaba por los pasillos de la Audiencia contra su hermano. "¡Que se vaya, que Dios lo castigará porque hay justicia divina por todo lo que nos ha hecho pasar!".