Se trata de una investigación pionera realizada por la Universitat Oberta de Catalunya “¿Nosotros estamos haciendo esto?”: un informe analiza el impacto en el clero de los abusos sexuales en la Iglesia en España

Los sacerdotes y religiosos “muestran su rechazo y el hondo impacto causado por este fenómeno”, siendo las palabras más pronunciadas “dolor, tristeza, decepción y vergüenza”

La mayoría de los entrevistados “expresan sentimientos de empatía y compasión con las víctimas de los abusos”

El estudio muestra que “la conciencia de que no es sólo un pecado contra el sexto mandamiento sino un delito con graves consecuencias para las víctimas y la necesidad de una respuesta firme por parte de la institución”

Encabezada por los profesores Marc Balcells y Josep M. Tamarit, en esta investigación, realizada en el ámbito de Cataluña en 2019 y 2020, no quisieron participar ni las diócesis catalanas ni la Conferencia Episcopal Española

“¿Nosotros estamos haciendo esto?”. Es la pregunta, llena de rechazo, que resume el sentimiento que deja la evidencia de la existencia de abusos sexuales a menores en la Iglesia en España entre un grupo de sacerdotes diocesanos y miembros de congregaciones religiosas, según se desprende de un estudio realizado por un equipo de la Universitat Oberta de Catalunya.

Encabezada por los profesores Marc Balcells y Josep M. Tamarit, esta investigación, realizada en el ámbito de Cataluña en 2019 y 2020, y en la que no quisieron participar ni las diócesis catalanas ni la Conferencia Episcopal Española, pretendía “evaluar las percepciones del clero sobre el problema de los abusos sexuales a menores en la Iglesia católica, así como explorar aspectos relacionados con la estructura cultural e institucional de la Iglesia que puedan favorecer esta conducta delictiva”.

Pere Aragonés, con Alejandro Palomas
Pere Aragonés, con Alejandro Palomas

Indignación: “Eso lo han hecho personas consagradas a Jesús”

Así, al ser preguntados por los sentimientos que les provocan las noticias sobre abusos sexuales en la Iglesia, “muestran su rechazo y el hondo impacto causado por este fenómeno”, siendo las palabras más pronunciadas “dolor, tristeza, decepción y vergüenza”, junto con la de “indignación”.

Un sentimiento que resume muy bien la siguiente manifestación de uno de los entrevistados, un sacerdote diocesano: “Asco… ¿Nosotros estamos haciendo esto? Yo no digo estos no son de los míos. No, porque son curas (…). Piensas en los menores, en las víctimas, pero en seguida te sientes tocado porque el colectivo del que te sientes hermano y miembro tiene esta mancha tan clara y tú tienes que asumirlo (…). Después también de indignación, indignación de que esto lo hayan hecho personas consagradas, personas que en su día hicieron una opción de seguimiento de Jesús”.

Abusos
Abusos

El estudio, que lleva por título la impactante frase del citado sacerdote “¿Nosotros estamos haciendo esto?” (editado por Aranzadi), también señala que la mayoría de los entrevistados “expresan sentimientos de empatía y compasión con las víctimas de los abusos” y en algunos casos, “la verbalización de estos sentimientos va acompañada de preocupación e intento de comprensión con los abusadores, con comentarios que revelan cierta equiparación o equidistancia”.

“Ha sido un golpe muy fuerte, una sacudida impresionante”

Así se expresa, en este sentido, uno de los participantes en el estudio: “Por un lado quieres acompañar y defender la presunción de inocencia de estos compañeros porque hasta que no se investiga y no se hace el juicio pues (…) tal como ellos dicen son inocentes, ellos lo ven y lo dicen así (…) y tienes que creerlos, pero después también ves (…) la parte de las víctimas cuando te explican las cosas y bueno también piensas pues, ¿no? Primero tenemos que estar al lado de las víctimas, ¿no?, que son las que más han sufrido las consecuencias de esto (…) te encuentras un poco en medio en una situación bastante incómoda”.

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Varios de los entrevistados explicitaron “el fuerte impacto que ha tenido para ellos el problema de los abusos y la respuesta social a los mismos, con expresiones como ‘ha sido un golpe muy fuerte’ o ‘una sacudida impresionante’, y tampoco esconden “situaciones de estigmatización que llegan a interpretar como una forma de victimización” pues, según uno de los testimonios, “te encuentras que vas por la calle y hay gente que te mira como si te estuvieran juzgando o te pintan la fachada de la Iglesia y te ponen 'pederastas'”.

Sensación de ser estigmatizados por la sociedad

En el estudio queda patente, como se afirma en las conclusiones, “el profundo impacto que este fenómeno y su divulgación a través de los medios de comunicación ha causado en los miembros de la institución”, lo que ha generado “una diversidad de sentimientos, entre los que destacan una declarada empatía respecto a las víctimas, cierta ambigüedad respecto a los abusadores, así como vergüenza y sensación de ser estigmatizados por la sociedad”.

Pederastia
Pederastia

Igualmente, las respuestas de los entrevistados “muestran la pluralidad de sensibilidades existente en la institución y la evolución que se ha producido en los últimos años en aspectos como el reconocimiento de los abusos, la conciencia de que no es sólo un pecado contra el sexto mandamiento sino un delito con graves consecuencias para las víctimas y la necesidad de una respuesta firme por parte de la institución”.

En cuanto a las causas de los abusos, aparecen opiniones y percepciones que confirman algunos aspectos “como los sentimientos de soledad, especialmente en los sacerdotes diocesanos, y el escaso apoyo, supervisión y control”.

Soledad, sexualidad, celibato

Diversos informantes consideran que la soledad es un aspecto importante, pues “nosotros nos dedicamos a todos, pero ¿quién se dedica a nosotros?”, dice un miembro de una congregación religiosa; y en lo que concierne a la sexualidad, “la mayoría de entrevistados destaca la evolución que se ha producido en la Iglesia en la concepción del tema, aunque algunos consideran que sigue siendo un tabú o que los cambios deberían ser más profundos y más claros: “… La moral sexual no se trabajaba, ¿no? La Iglesia la ha condicionado hacia afuera, pero hacia adentro no se ha educado y aquí hay, ¿no?, hay deficiencias grandes”, sostiene otro religioso.

El celibato y la Iglesia
El celibato y la Iglesia

En un grupo de los entrevistados se pone el acento “en las causas individuales o psicológicas, (“un enfermo al que hay que ayudar”, “un tarado mental”); en lo que respecta al celibato, “en general optan por negar que tenga relación con las causas de los abusos o adoptan posiciones ambiguas o matizadas”; y otro grupo aluden como origen de las causas “a fallos en el sistema de selección, que no habría impedido el acceso de personas inadecuadas” a la vocación sacerdotal y religiosa.

Los investigadores no han hallado respuestas que puedan ser significativas de una negación explícita del daño, “pero sí algunos matices que reflejan ciertas dudas, distinciones entre casos más graves o menos graves o cierta tendencia a la minimización, aunque predominan las respuestas que muestran empatía con las víctimas y reconocimiento del daño que los abusos causan o pueden causar en éstas”.

Un problema a estudiar bien

"La negación de la responsabilidad se halla presente, respecto a los abusadores, en ciertas frases que tratan de ver su conducta como producto de trastornos o causas patológicas o de un problema complejo que debe estudiarse bien. Un informante consideró que, quizás, en algunos casos los abusadores no eran conscientes de que su conducta era realmente un abuso. Otros señalaron que era necesario distinguir el abuso de las muestras inadecuadas de afecto", añade el informe.

En lo que concierne a la responsabilidad de la Iglesia, la negación estaría en aquellas manifestaciones que atribuyen el problema a causas individuales, o en la opinión, expresada por algunos informantes, de que la obligación de reparar el daño causado debe recaer sólo sobre los abusadores y no sobre la Iglesia como institución. Pero también hay quienes se han pronunciado al respecto en sentido contrario, asumiendo la responsabilidad de la institución.

Este estudio pionero, más cualitativo que cuantitativo, como explican los autores debido a la falta de colaboración, estaba pensado que contase con 121 participantes (43 sacerdotes de siete diócesis de Cataluña y a 77 miembros de diez congregaciones religiosas implantadas en el mismo territorio), pero finalmente, y tras no pocos intentos, solo se efectuaron veinte entrevistas, de una duración de entre una y dos horas, llevadas a cabo en diferentes lugares de Cataluña entre abril de 2019 y marzo de 2020.

Primero, Religión Digital

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