El fruto del acompañamiento en esa 'zona caliente' de Hogar de Cristo, institución de los jesuitas De la barriada de Monte Sinaí, en Guayaquil, a la Olimpiada de Robótica de Turquía
Monte Sinaí, en Guayaquil, ha sido marcado como una “zona caliente” a tal punto que causa miedo ir a esta zona. Y no son muchos los que se animan a entrar
"Aquí trabaja Hogar de Cristo, institución de la Compañía de Jesús, cumpliendo las Preferencias Apostólicas Universales: 'Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia'. Y otra: 'Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador'”
"Creo que esto pensó el P. Eduardo Vega S.I. Director de Hogar de Cristo, viendo Monte Sinaí. Ahora, hay chicos y chicas, campeones de robótica (tercer puesto de América Latina), compitiendo a nivel mundial, con un lema: 'Crecemos juntos'"
"Creo que esto pensó el P. Eduardo Vega S.I. Director de Hogar de Cristo, viendo Monte Sinaí. Ahora, hay chicos y chicas, campeones de robótica (tercer puesto de América Latina), compitiendo a nivel mundial, con un lema: 'Crecemos juntos'"
| Anastasio Gallego
“Si por la noche lloras por no ver el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas.” - Rabindranath Tagore
No hace muchos días se produjo un acontecimiento que pasó desapercibido para los grandes medios de comunicación y también para muchas de las redes sociales: se realizó en Guayaquil (Ecuador) la fase nacional para seleccionar al equipo juvenil que iría a la fase mundial de la Olimpiada Mundial de Robótica, llamada WRO World Robot Olimpid a realizarse en Turquía, en el mes de noviembre.
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En primer lugar se efectuó la fase regional, luego la nacional. Para sorpresa de muchos, el equipo ganador de la fase regional y la nacional fue el de chicos y chicas de MONTE SINAI, integrantes del proyecto INNOVA: “crecemos juntos”.
Lo raro, lo sorprendente es que este equipo está conformado con jóvenes de escuelas y colegios de Monte Sinaí. Para muchos, este nombre le traerá recuerdos bíblicos, para otros es algo innombrable junto con la entrada a esta parte de la ciudad de Guayaquil: la “entrada de la 8”.
Monte Sinaí es una parte de la ciudad de Guayaquil que nace en los años 80, con la construcción de la llamada VIA PERIMETRAL, una especie de autopista que circunvala a la ciudad y empata las vías que llevan al centro del país con el puerto de Guayaquil. Y nace de “invasiones”, tomas informales de tierra para vivir: casas de caña improvisadas, sin luz, agua, canalización, sin vías pavimentadas, que son una polvareda permanente en la época seca y lodazales, cuando no inundaciones, en la época de lluvias: es decir, de diciembre hasta abril o mayo.
Estas “invasiones” surgieron dirigidas por conocidos traficantes de tierra bajo el nombre de “Precooperativas”. Estos “dirigentes” proveían de luz, agua por tanqueros, luz eléctrica conectada clandestinamente, previa autorización y pago con las respectivas amenazas. Con un fuerte y duro liderazgo. Hoy, ya hay luz eléctrica “legal”, algunas calles pavimentadas, un hospital, pero agua potable por tubería todavía no. Ni canalización de aguas lluvias y servidas.
Una de las zonas más castigadas
Esta parte de la ciudad tiene más o menos 300.000 habitantes. Durante la pandemia del COVID-19 el hospital se convirtió en una especie de almacenamiento de cadáveres provenientes de otros hospitales. Esto hizo que la opinión pública se convenció de que Monte Sinaí era una de las zonas más castigadas de la pandemia.
A partir de hace unos 5 o 6 años fue creciendo el narcotráfico. Especialistas en el tema dicen que ha habido un cambio en la forma de operar de los grupos de narcos. La droga que viene de Colombia (en Ecuador no se siembra ni procesa la planta de la coca en cantidad significativa), sale del país rumbo a EE.UU y Europa. Otra parte va hacia el Brasil, por el Amazonas, rumbo a África y al sur del continente.
Anteriormente, el trabajo de transportar y almacenar (encaletar, se dice) la droga hacia puertos y otras rutas, se pagaba en dólares, aprovechando que el país usa esta moneda. Hoy el pago lo hacen en droga lo cual hace que los narcos nacionales deban dedicarse el mercado interno para poder tener “efectivo”. Este cambio ha hecho que se multiplique la venta en todos los niveles, desde el microtráfico con droga rebajada hasta adulterada. Con estos cambios, han proliferado las actividades de transporte, camuflaje, contaminación de contenedores en los sitios de embarque y consumo.
Aumento de las muertes violentas
Consecuentemente, las extorsiones, los pagos y amenazas a personas, negocios, autoridades, jueces, fuerzas de seguridad, etc., han contaminado la vida hasta hace poco normal. Las actividades de vacunas (extorsiones de dinero a personas, negocios y otras actividades para garantizar seguridad) han aumentado. Otro de los efectos es el “lavado de dinero”. Y la norma en esos bajos fondos es que el incumplimiento, los soplos y los abandonos, se pagan con la vida. Ya hace años, en Brasil, las muertes frecuentes entre narcos de bajo monto, se llamaban “quema de archivos”.
En este ambiente, el número de muertes violentas ha aumentado exponencialmente. El Gobierno ha decretado el “estado de conflicto armado interno”, afectando los derechos constitucionales de los ciudadanos. Las fuerzas de seguridad, prácticamente, tienen libre el campo de accionar. El Gobierno habla de miles de presos, pero casi nadie sabe dónde están o cuanto tiempo permanecen privados de libertad.
Monte Sinaí, "zona caliente"
Monte Sinaí ha sido marcado como una “zona caliente” a tal punto que causa miedo ir a esta zona. Y no son muchos los que se animan a entrar.
Aquí trabaja Hogar de Cristo, institución de la Compañía de Jesús, cumpliendo las Preferencias Apostólicas Universales: “Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia”. Y otra: “Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador”.
Uno de los temas es acompañar a la juventud, de ahí que se pensó en un trabajo con jóvenes en lo que se llama Aula del Conocimiento: jóvenes de estos sectores, chicos y chicas, aprende el manejo de las nuevas tecnologías informáticas. Ya van pasando por esta aula más de mil jóvenes.
Uno de los retos es aprender robótica a nivel de sus edades. Se fijaron metas, se consiguieron apoyos y el trabajo fue dando sus frutos: se preparan a participar en la OLIMPIADA MUNDIAL DE ROBÓTICA. Para ello han competido y compiten a nivel local y nacional para conseguir ir a la Olimpiada Mundial.
Fruto del esfuerzo, son ya tres las olimpíadas en las que se ha llegado a participar: Tailandia, Hungría y en noviembre de este año, Turquía. En medio de tanta muerte, estigmatización y violencia, surgen estas estrellas de esperanza.
Una anécdota del famoso y conocido Pastor presbiteriano, sicólogo, teólogo y escritor brasileño Rubem Alves: cuenta él que se compró una casita en Sao Paulo. Luego se dio cuenta que al lado había un estercolero. Su esposa y amigos le decían que había hecho una mala compra, que se cambiara. Dice él “me puse a soñar un día en cómo sería ese estercolero si lo compraba y trabajara un jardín”. Le llamaron loco, pero él terminó comprando el estercolero e hizo un jardín. Decía él: si solo pienso en el estercolero, me vuelvo loco; soñé con el jardín y lo hice. Ahora todos me felicitan”. Moraleja, decía él: si solo ves y maldices el estercolero, te pierdes de soñar un jardín y tenerlo”.
Creo que esto pensó el P. Eduardo Vega S.I. Director de Hogar de Cristo, viendo Monte Sinaí. Ahora, hay chicos y chicas, campeones de robótica (tercer puesto de América Latina), compitiendo a nivel mundial, con un lema: "Crecemos juntos".
Otra lección cristiana frente al individualismo neoliberal.
Tenía razón Rabindranath Tagore: “queremos ver las estrellas desde Monte Sinaí”. Una premonición: Yavhe y el Monte Sinaí.