"Dolor e indignación" un año después de la confiscación de la UCA Los jesuitas de Nicaragua denuncian la "represión sistemática" del régimen de Ortega-Murillo

Cierre de la UCA en Nicaragua
Cierre de la UCA en Nicaragua

En su mensaje, los jesuitas reiteraron la necesidad de «reparar el daño causado», restituir lo confiscado y restaurar el estado de derecho en Nicaragua

Los jesuitas señalaron que este acto fue una «impune e injustificada confiscación» que ha causado un «invaluable daño al patrimonio científico y cultural de Nicaragua», afectando gravemente el derecho a la educación de miles de jóvenes

La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús expresó su «profundo dolor e indignación» al cumplirse un año de la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.

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A través de un comunicado emitido este 15 de agosto, los jesuitas señalaron que este acto fue una «impune e injustificada confiscación» que ha causado un «invaluable daño al patrimonio científico y cultural de Nicaragua», afectando gravemente el derecho a la educación de miles de jóvenes.

Los jesuitas también enfatizan que esta agresión forma parte de un contexto de «represión sistemática» que continúa en Nicaragua, en el que «cualquier persona o institución que resulte sospechosa de no estar de acuerdo con el régimen» es atacada.

Comunicado jesuitas

El comunicado de la Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús

Esta represión ha sido calificada como «crimen de lesa humanidad» por el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua, según recuerdan en el comunicado.

En su mensaje, los jesuitas reiteraron la necesidad de «reparar el daño causado», restituir lo confiscado y restaurar el estado de derecho en Nicaragua.

Además, exigieron al régimen Ortega Murillo que «cese la represión, deje de estar cometiendo sistemáticas violaciones a los derechos humanos» y que libere a los presos políticos.

El comunicado concluye reafirmando el compromiso de los jesuitas con una «educación de calidad incluyente, inspirada en el Evangelio de Jesucristo», y agradece las innumerables muestras de apoyo y solidaridad recibidas tanto en Nicaragua como a nivel internacional ante la creciente crisis en el país.

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