Gracias a él chicos desfavorecidos estudian en ciudades europeas Erasmus+, el programa de becas del Centro de FP San Ignacio de Loyola de Torrelodones que cambia vidas

Manu, joven beneficiado: "Me ha cambiado la forma de relacionarme con la gente, he aprendido a valorar lo que es un trabajo"
| María Suárez, Delegación Episcopal de Fundaciones
Por segundo curso consecutivo el Centro de FP San Ignacio de Loyola de Torrelodones mantiene una iniciativa llamada Erasmus+, del programa Open Windows. Gracias a ella sus alumnos obtienen una beca de más de 1700€ al mes para practicar sus habilidades adquiridas, en el curso de Formación Profesional que cada uno realice, trabajando en una ciudad europea con posibilidad de estar desde dos meses hasta un año.
Hasta ahora siempre ha sido en Londres pero este año incluye las ciudades de Lanark y Glasgow, en Escocia. Es una gran oportunidad de aprendizaje y enriquecimiento para alumnos y profesores. Su objetivo principal es motivar e incentivar a los alumnos a que, “abriendo ventanas”, abandonen su zona de confort y exploren nuevas vías de desarrollo y crecimiento personal. Manu, Dani y Jorge nos cuentan su experiencia.
Este año como novedad también irán alumnos de la formación profesional básica, que a la hora de darles la beca se tiene muy en cuenta la renta, la exclusión social y opciones desfavorecidas. En las becas para el ciclo de grado medio también tiene en cuenta estas características ya que muchos de los alumnos que cursa este tipo de formación no tiene las posibilidades de irse a trabajar al extranjero con todo pagado, según nos indica Eugenio De La Cruz Carballo, Profesor de Conducción de Grupos a Caballo en FP y responsable de los grupos de Erasmus+.
Manu junto a otras dos compañeras y un profesor iniciaron en septiembre de 2017 esta aventura en Wimbledon. La segunda movilidad aprobada en mayo de 2018 comenzó en julio del mismo año con 25 alumnos. Ambas han sido todo un éxito. Todos los profesores que acompañan a los grupos de Erasmus tienen la filosofía común de acompañarles en todo momento, de acompañarles al aeropuerto y recogerles e implicarse a fondo en todas las necesidades que les puedan surgir antes, durante y después de la experiencia.
Manu ha sido uno de los cuatro primeros estudiante en disfrutar de la experiencia y confiesa que le cambió la vida: “yo nunca había salido de España y me lancé. Me ha cambiado la forma de relacionarme con la gente, he aprendido a valorar lo que es un trabajo y más en una hípica que a pesar de la cantidad de trabajo aprendes una soltura con el inglés y conoces muchísima gente que me ha dado muchísima independencia”.

Dani a pesar de tener más soltura con el idioma gracias a sus posibilidades familiares y a su educación previa también le ha mejorado la vida disfrutar de varios meses trabajando y explotando sus capacidades fuera del centro. Comenta lo gratificante que ha sido para él la relación con los compañeros con los que se fue, “nos fuimos juntos siendo completamente extraños unos para los otros y ahora somos como hermanos y eso se agradece mucho porque cuando estás fuera de casa a veces necesitas alguien en quien apoyarte”.
Para Jorge la experiencia ha sido revolucionaria. Ha pasado de ser un chico tímido y desconfiado a abrirse sin miedo a la gente. El idioma también ha sido una barrera superada para él y sin lugar a dudas afirma que para él ha supuesto “un antes y un después” y gracias a esta movilidad ha podido conocer a sus compañeros de clase muchísimo mejor, por lo que nos relata que para él lo más relevante ha sido llevarse “amigos que dejan huella”.
