¿Fue Pablo ciudadano romano?
Con esta cuestión se dirime también si se puede uno fiar históricamente, o no, de los Hechos de Apóstoles
Escribe Antonio Piñero
Pablo no dice en ningún lugar de sus cartas que fuera ciudadano romano, pero sí lo sostiene Hechos de apóstoles. He aquí os textos:
- A) 16,37:
Pablo les dijo: Después de azotarnos en público, sin previo juicio, a nosotros que somos ciudadanos romanos, nos arrojaron en la cárcel, ¿y ahora nos sacan de aquí a escondidas? Pues no, sino que vengan ellos mismos y nos saquen; 38 Los lictores anunciaron estas palabras a los pretores, quienes se llenaron de miedo al oír que eran ciudadanos romanos. 39 Llegaron, pues, suplicantes, los sacaron y les rogaron que se marcharan de la ciudad. 40 Tras salir de la cárcel, entraron en casa de Lidia, vieron a los hermanos, los consolaron y se marcharon.
- B) 22,25-29:
“Mientras gritaban, rasgaban sus vestiduras y arrojaban polvo al aire. 24 Él tribuno ordenó que fuera introducido en el cuartel y que lo interrogaran con azotes para averiguar por qué motivo clamaban contra él. 25 Cuando ya lo estiraban con las correas, dijo Pablo al centurión que estaba presente: –¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano, y sin haber sido juzgado y condenado? 26 Al oír esto el centurión, se dirigió al tribuno y le dijo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es romano. 27 Llegó el tribuno y preguntó a Pablo: Dime, ¿eres tú romano? Él contestó: Sí. 28 Replicó el tribuno: Yo adquirí esta ciudadanía por una gran suma de dinero. Pablo dijo: Yo la tengo de nacimiento. 29 Enseguida se apartaron de él los que iban a interrogarlo. El tribuno se llenó de miedo cuando supo que era ciudadano romano y que lo había encadenado.
- C) 23,25-30:
25 Y (el tribuno) escribió una carta de este tenor: 26 «Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix, salud. 27 A este hombre, apresado por los judíos y a punto de ser eliminado por ellos, presentándome con la tropa, lo liberé al saber que era ciudadano romano. 28 Queriendo conocer la causa por la que lo acusaban, lo hice llevar a su sanedrín, 29 y hallé que lo acusaban por disputas acerca de su Ley, pero que no tenía ninguna acusación digna de muerte o de prisión. 30 Pero al llegarme el aviso de que iba a haber una conspiración contra él, te lo he enviado inmediatamente ordenando también a sus acusadores que formulen los cargos contra él en tu presencia».
Ciertamente se podía ser tarsiota y ciudadano romano a la vez.
Pero hay autores modernos que tampoco se fían de esta afirmación lucana, puesto que Pablo sufrió muchos castigos durante su vida (cárceles, azotes, apedreamientos: 2 Corintios 11,24ss), que hubiera podido evitar manifestando que él era ciudadano romano.
Hay quien argumenta que la razón principal para defender que Pablo lo fuera es su apelación al César: Hechos 25,10-12:
“Pablo respondió: Ante el tribunal del César estoy, que es donde debo ser juzgado. Ningún daño hice a los judíos, como tú muy bien sabes. 11 Ahora bien, si he cometido injusticia o he hecho algo digno de muerte, no rehúso morir. Pero si no hay nada de lo que estos me acusan nadie puede entregarme a ellos. Apelo al César. 12 Entonces Festo, después de hablar con el consejo, respondió: Al César has apelado, al César irás.
Pero hay un contrargumento: cualquier habitante libre del Imperio podía apelar al Emperador fuea o no ciudadano romano. Luego este último texto no sirve de prueba.
Ahora bien, si se afirmaba que lo era y luego se demostraba que la atribución a sí mismo de la ciudadanía romana era falsa, el afirmante podía ser ejecutado. Por tanto, podría aceptarse el dato de Hechos, aunque con algunas dudas, aunque sería posible incluso que su ciudadanía fuera un invento de la tradición manejada por Lucas para que el proceso de Pablo en Roma fuera explicable.
La postura de los investigadores depende de su criterio general respecto de la fiabilidad de Hechos. Si se cree en su valor histórico en general, se acepta la ciudadanías romano de Pablo /. Y si se tienen dudas, vale más el argumento expuesto arriba: Pablo sufrió muchos castigos durante su vida, cárceles, azotes, apedreamientos, y podría haberlos evitado (sobre todo el apedreamiento era un riesgo serio para la conservación de a vida)
En sí la cuestión de la ciudadanía romana importa poco para comprender el contexto de la vida de Pablo.
Fuera o no ciudadano romano, son variados los aspectos de la vida de Pablo que apuntan a un “ciudadano” urbanita del Imperio, tuviera o no estrictamente la categoría y prebendas de la ciudadanía jurídica: la cultura griega de su ciudad natal, afamada por su devoción a la retórica, las artes y las letras, su innegable psicología ciudadana, ya que no hay rasgos en Pablo de cultura campesina, y su talante universalista como ciudadano de un mundo amplio, el Imperio, entre cuyas nacionalidades no había verdaderamente fronteras.
Su “llamada”, desde su postura como celoso defensor de las tradiciones de los padres a una secta marginal de mesianistas, y su fuerte anhelo por cumplir su misión de extender su “evangelio” entre cuantos más gentiles mejor, da el último toque a los elementos que determinan su personalidad. Los componentes sociológicos y religiosos de la vida de Pablo conforman una mentalidad urbana y universalista que tiene poco que ver con el mundo galileo y rural de Jesús de Nazaret.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
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