Sigo con mi comentario al libro de Mar Pérez i Díaz: el evangelista Marcos como discípulo de Pablo
Blog 12, nº 1271 22-12-22
Escribe Antonio Piñero
Hoy mi comentario al libro de Mar Pérez i Díaz, “Fue Marcos discípulo de Pedro o de Pablo” (Verbo Divino 2022), será relativamente breve: me parece una obra absolutamente necesaria y conveniente, aunque no esté de acuerdo con algunas de sus conclusiones, debidas, como escribí, a que la autora no está al día en los estudios sobre Pablo de investigadores judíos (véase M. Zetterholm, “Approaches to Paul. A Students’Guide to Recent Scholarship, Fortress Press, Minneapolis 2009) y en el mercado español mismo la obra de Pamela Eisenbaum, “Paul was not a Christian” del 2009, cuya traducción al castellano publicó Verbo Divino “Pablo no fue un cristiano”, y que a pesar de algún defectillo, es como la popularización de los nuevos estudios paulinos.
En mi opinión, Mar Pérez se queda en la postura de James Dunn (“La nueva perspectiva” en los estudios paulino abanderada por N. T Wright, Paul in Fresh Perspective” de Fortress Press, Minneapoilis 2009). Y ocurre que ahora existe –también según creo– una nueva y verdadera perspectiva sobre el pensamiento de Pablo, como ha indicado Carlos A. Segovia, Pablo de Tarso, ¿judío o cristiano?, del 2013 de Atanor Ediciones, encontrable, por ejemplo, en Amazon. En fin que la investigación ha cambiado mucho.
Por otro lado reconozco que el tema planteado por el libro es “necesario para la exégesis actual”. Es prudente su afirmación de que no todo lo que leemos en el Evangelio de Marcos es paulino “sino que el evangelista “retoca y cambia las fuentes de lo que recibe para que esté en consonancia con Pablo” (p. 17). Creo que esto es decir bastante. Y también es acertado el juicio de que el Evangelio de Lucas es “demasiado tardío para transmitir la frescura, radicalidad y la convicción del propio Pablo (p. 18).
Suscribo también la idea de que “Marcos presentaba a Jesús a su comunidad, por lo que no podemos encontrar vocablos o expresiones típicamente paulinas en la narración marcana, porque Marcos no quiere presentar a Pablo, sino la interpretación que se hace de Jesús cuando está en sintonía con Pablo” (en la misma p. 18). Suscribo, pues, esta idea, que ha sido presentada por mí desde hace muchos años: Jesús de Nazaret es un judío radical; Pablo reinterpreta a Jesús y en realidad lo convierte en Jesús – Cristo celestial, y Marcos, al presentar a Jesús de Nazaret (¡nombre griego no israelita) a su comunidad lo hace reinterpretando a Pablo.
Así surgirá el cristianismo que no es más que un fenómeno exegético, reinterpretación de un Jesús histórico, puramente judío, radicalmente judío (Daniel Boyarin, “A Radical Jew”, libro de 1997, cito de memoria) que será transformado en Jesucristo (sin guion alguno), comenzando por la reinterpretación de la vida de Jesús hijo de José (nombre judío) con una exégesis nueva de pasajes seleccionados de la Biblia hebrea interpretados mesiánicamente.
De este modo, Mar Pérez abre un camino muy fructífero dentro de la exégesis confesional, aunque sin sacar todas sus consecuencias.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
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