Sobre el “secreto mesiánico”

(25-03-2021.- 1169)

Wrede
Escribe Antonio Piñero 

Foto: Wilhem Wrede en 1901

Hola amigos:

Me han preguntado repetidas veces, en público y en privado sobre el llamado “secreto mesiánico”. ¿Por qué Jesús, si es de verdad el Mesías prometido, enviado por su Padre a la tierra para la salvación de todos los hombres se empeña en decir a sus discípulos y a gentes curadas por él que no digan a nadie que él es el Mesías y que no expandan a los cuatro vientos el resultado de un acto de curación?

Esta prohibición parece no tener sentido alguno.

La respuesta se dio ya a principios del siglo XX por medio de un famoso libro de 1901 titulado El secreto mesiánico en los Evangelios (1901), republicado en 2014 por de Gruyter en Berlin.

La tesis principal es que Jesús no tenía la conciencia mesiánica que le atribuye la comunidad cristiana. Jesús no tuvo en verdad esa conciencia y el mesianismo de Jesús es un producto de la teología cristiana, había que explicar a las gentes a las que se proclama a Jesús como Mesías redentor por qué había fracasado en su misión y había muerto en la cruz. Los evangelistas, comenzando por Marcos inventaron la solución: Jesús prohibía a sus discípulos decir que era el mesías.

La teología que se construyó en torno a esta explicación de la muerte en cruz es en pocas líneas la siguiente:

Este mesías está empeñado en una batalla tremenda, cósmica, contra el enemigo del Reino, Satanás. La derrota definitiva de este en la historia del mundo comienza ya con la acción de Jesús como mesías. Este mesías es judío y lo muestra en múltiples aspectos, por ejemplo, en su idea de Dios y en la consideración de los textos sagrados. Sin embargo, aunque como agente mesiánico divino sea este mesías el «hijo de David», no es el mesías «normal» al que espera la inmensa mayoría de los judíos, sino de otra clase.

Su mesianismo incluye el sufrimiento y la muerte como rescate, o redención, en pro del perdón de los pecados de todos los seres humanos. Es también designio de Dios que su mesianismo quede oculto hasta que se manifieste plenamente en y después de la resurrección. Tal idea es denominada el «secreto mesiánico». Esta noción intenta responder claramente a la candente pregunta: ¿cómo es posible que un ser semidivino, tan poderoso, obrador de milagros e investido de una misión tan importante, fuera mal interpretado y condenado a una muerte ignominiosa?

El evangelista sabía que ningún judío habría reconocido en esta imagen al mesías de Israel. La respuesta marcana a esta cuestión tan importante fue el artificio literario del «secreto mesiánico»: Jesús mantuvo conscientemente en secreto su misión que sólo debía revelarse tras su muerte y resurrección. Lo que intentó Marcos exponer por medio de este esquema literario fue una idea fundamental del cristianismo tal como lo pensaba Pablo: la identidad, la personalidad, la trascendencia salvadora de Jesús el Mesías, sólo puede captarse con los ojos de la fe y después de la resurrección.

Naturalmente, esto es pura teología y no historia.

Saludos cordiales de Antonio Piñero

www.antoniopinero.com

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