A propósito del mensaje de Francisco para la V Jornada mundial de los pobres "Judas parecía preocuparse por los pobres… Como los populistas"
"¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para darlos a los pobres?"
"Esa aparente preocupación por los pobres y por las causas sociales es la misma que motiva a los populistas"
"Oscar Romero lo entendió. No fue ni populista ni comunista como le acusaban"
"¿Puede un cristiano apelar a la 'metodología' marxista sin que su fe sufra el menor riesgo?"
"Oscar Romero lo entendió. No fue ni populista ni comunista como le acusaban"
"¿Puede un cristiano apelar a la 'metodología' marxista sin que su fe sufra el menor riesgo?"
El papa Francisco en el mensaje de la V Jornada mundial de los pobres, a celebrarse el domingo 14 de noviembre de 2021, hace un urgente llamado a la caridad y a la solidaridad en momentos en que la pandemia agudiza la pobreza de millones de personas en el mundo.
El pontífice comenta el texto de Mc 14, 3-9 de la unción en Betania con el texto paralelo de Juan: “Según el Evangelio de Juan, fue Judas quien [dice]: « ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para darlos a los pobres?». Y el evangelista señala: «Esto no lo dijo porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón y, como tenía la bolsa del dinero en común, robaba de lo que echaban en ella» (12,5-6).
No es casualidad que esta dura crítica salga de la boca del traidor, es la prueba de que quienes no reconocen a los pobres traicionan la enseñanza de Jesús y no pueden ser sus discípulos. A este respecto, recordamos las contundentes palabras de Orígenes: «Judas parecía preocuparse por los pobres [...]. Si ahora todavía hay alguien que tiene la bolsa de la Iglesia y habla a favor de los pobres como Judas, pero luego toma lo que ponen dentro, entonces, que tenga su parte junto a Judas» (Comentario al Evangelio de Mateo, XI, 9)”. [1]
Esa aparente preocupación por los pobres y por las causas sociales es la misma que motiva a los populistas. En efecto, en campaña electoral casi todos los candidatos a cargos públicos en Latinoamérica hacen alarde de su don de gentes, de su preocupación por los pobres que constituyen la gran masa acrítica de votantes, manipulables por una imagen, un gesto humanitario, un saludo fugaz del político de turno que parece conmoverse y preocuparse por su difícil situación.
Ante el peligro, que no es nuevo, en Latinoamérica de populismos de izquierda y de derecha, los pobres, verdaderos destinatarios del mensaje del Evangelio (Lc 4, 18), continúan hundiéndose en la precariedad y la miseria.
Francisco denuncia el menosprecio y el olvido de los pobres en los sistemas económicos actuales: “Parece que se está imponiendo la idea de que los pobres no sólo son responsables de su condición, sino que constituyen una carga intolerable para un sistema económico que pone en el centro los intereses de algunas categorías privilegiadas.
Un mercado que ignora o selecciona los principios éticos crea condiciones inhumanas que se abaten sobre las personas que ya viven en condiciones precarias. Se asiste así a la creación de trampas siempre nuevas de indigencia y exclusión, producidas por actores económicos y financieros sin escrúpulos, carentes de sentido humanitario y de responsabilidad social”. [2] Ese mercado expropia, esclaviza y asesina.
Monseñor Oscar Romero lo entendió. No fue ni populista ni comunista como le acusaban. Fue un cristiano. Su preocupación por los pobres lo convirtió en profeta y en mártir. Incomprendido incluso por sus hermanos obispos de El Salvador, acomodados al statu quo y a la institucionalidad del país centroamericano. Baste una demostración: sólo uno de ellos estuvo presente en el funeral del santo patrono de América.
Un excelente artículo de la BBC titulado “Romero malinterpretado por la misma Iglesia” resume la historia calamitatum del mártir asesinado materialmente el 24 de marzo de 1980 pero marginado y silenciado antes y después de esa fecha por influyentes personajes de la Iglesia. Aquí algunos apartes del artículo:
"Su aislamiento en el Episcopado salvadoreño y esa persecución siguió incluso después de su muerte. Había un rechazo, un miedo, de parte del Vaticano de los movimientos teológicos en América Latina que estaban replanteando la estructura de la Iglesia y el compromiso pastoral y teológico [...]. Y es que había grupos, dentro y fuera de El Salvador, que creían que el gobierno militar realmente estaba salvando al país de caer en el comunismo [...]. [Ahora se sabe que] Monseñor Romero no conocía la filosofía marxista, fue un hombre profundamente atado al evangelio". [3]
Ya advertía el cardenal colombiano López Trujillo, uno de los mayores contradictores de Romero, contra la peligrosa confusión entre cristianismo y comunismo: “¿Puede un cristiano apelar a la «metodología» marxista sin que su fe sufra el menor riesgo?”[4]. Es decir, si el análisis marxista sea compatible con la fe cristiana, y comenta “Nada tan temible en esta materia como la ingenuidad” [5]; Esto debido a que el marxismo es un sistema en el que el presupuesto materialista, el análisis científico de la realidad y la estrategia de la lucha de clases son inseparables.
“No hay, pues, separación entre concepción del hombre y de la historia y praxis, entre «cosmo-visión» y análisis marxista, entre «ideología marxista» y método científico. La diferencia es de niveles solamente” [6]. Con esta argumentación, toda denuncia del sistema político fue vista con desconfianza por jerarcas de la época.
A diferencia de la Iglesia que señaló y marginó a Romero, Francisco anima desde el inicio de su pontificado a mirar con compasión y conmoción como en la parábola del buen samaritano (Lc 10, 25-37) al pobre que clama por ayuda desde las periferias geográficas y existenciales. La Iglesia en salida, hospital de campo, es el modelo de Iglesia que propone sin caer en la demagogia de izquierdas o derechas políticas.
En conclusión, aunque la preocupación por los pobres sea inherente al cristianismo y motive una respuesta solidaria inmediata y concreta de las comunidades y sus pastores, el discernimiento político de las acciones para superar esa pobreza crea división y señalamientos injustos. En cada caso habrá que discernir entre cristianismo, comunismo y populismo.
[1] https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/poveri/documents/20210613-messaggio-v-giornatamondiale-poveri-2021.html
[2] Ibíd.
[3] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45852924
[4] López Trujillo, Análisis marxista y liberación cristiana 1974, 207.
[5] Ibíd.
[6] Ibíd, pág. 220-221.
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