15M



Si has hecho un buen diagnóstico,
sigue el hilo que desata el laberinto


Pero los buenos guisos necesitan fuego lento.El momento 15M era un diagnóstico evidente pero superficial: el contrato social conocido se estaba disolviendo y los cascotes caían sobre nuestras cabezas. En ese retrato era fácil encontrarse. No hacía falta siquiera narrar el proceso que había llevado a ese desencuentro.

Lo importante era compartir que nos estaban robando la posibilidad de un mundo menos feo. Si bien es verdad que todos los caminos conducen a Roma, la ciudad imperial no es igual según el camino que hayas transitado, de la puerta por la que entraste, de la gente que hizo contigo el trayecto, de las experiencias vividas en cada etapa. Como Ulises, llegas a la misma Itaca, pero Itaca no es la misma.

El enamoramiento con el 15M, sobre todo de las personas que nunca antes habían sabido de la política, estaba lleno de ingenuidad. Un amor adolescente. Y por eso el desamor ha sido igualmente adolescente. "Amor traidor". "Idilio de locos", escribía una indignada con la sociedad y luego indignada con el movimiento. Locura de locos que comen todos los días. Cierta arrogancia de quien acaba de descubrirse solidario y le parece que los demás no hacen lo suficiente.

Podíamos preguntarnos: ¿qué hemos dado realmente para expresar tanto desencuentro? El amor duradero es otro. Decepcionarse con el 15M es regresar antes de haber ido. El error de aquellos que no se dieron cuenta de que antes del 15M ya había mucha gente peleando por las misma cosas. Gentes que pecaron de adanismo creyendo que con ellas y ellos comenzaba el mundo verdadero de la justicia y el compromiso.

El 15M tuvo esa carga exultante del esclavo recién manumitido pero que aún no sabe dónde va a dormir esa noche. Una movilización social hecha de refugios creados por campañas concretas tan urgentes como fugaces, que generan vínculos de extrema camaradería pero difícilmente mantenibles en el tiempo, que comparten una mirada ética antes que una mirada política, donde se participa de "una vaga denuncia de una entidad abstracta, casi metafísica que es el sistema" (Manuel Delgado).

"Me muevo frente a esta sociedad injusta pero doy por seguras las demás realidades de mi vida". Sólo un supuesto (y como casi todos los supuestos de la economía, falsos). Falta la visión de conjunto. ¿O sólo se buscaba recuperar la capacidad de consumo con la que se había crecido o con la que se había soñado? ¿Era un enfado con el mundo con la única razón de que nos habían quitado el caramelo de la boca?

¿Íbamos un pco más allá? Súplicas y más súplicas a la bestia, pero poca intención de terminar con ella y con sus compañeros de viaje, la explotación, la pobreza, el hambre, la miseria, la depredación medioambiental y tantos atentados contra la humanidad en nombre de la "democracia" producidos por la élite occidental en el mundo entero.

Ver : JC. Monedero, Dormiamos y despertamos
El 15M y la reinvención de
la democracia
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