Cristianismo y Secularidad
Cristianismo y Secularidad
Manual de Nueva Teología Política Europea
2. Radiografía de un mundo sufriente
Las víctimas hoy en el mundo son muy numerosas, no sólo a causa de las guerras y del terrorismo internacional, sino como consecuencia más bien de la gran injusticia social, que está haciendo morir por hambre y enfermedades ya curables a una gran parte de la humanidad.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el G-7 no hacen lo que deberían hacer para erradicarlas. Sobre todo sabiendo que muchas veces el terrorismo surge con la intención de contrarrestar esta grave injusticia de la que ellos y también nosotros somos culpables por permitir las políticas colonialistas, los sistemas económicos que las potencian o simplemente por nuestra permanente pasividad y silencio ante estos desmanes.
El olvido de tantas víctimas ignoradas como hay en el mundo nos lo recuerdan periódicamente los medios de comunicación y muchos de nuestros misioneros, que arriesgan su vida mediando entre gobiernos y guerrillas o denunciando guerras tribales injustas, que se prolongan durante años sin que los países ricos hagan lo suficiente para impedirlas. Así está sucediendo en muchos países de Africa.
Concretamente Uganda lleva 20 años en una guerra tribal con miles de muertos y más de un millón de desplazados. Pero ha sido necesaria una matanza de más de doscientas personas en un campo de refugiados, para que el mundo que llamamos civilizado se haya hecho eco de ello. En semejante situación están Chad, Sudam, Níger, Africa Subsahariana, sin que intervengan las grandes potencias, porque allí no hay petroleo ni diamantes, en una palabra, no hay intereses económicos y comerciales lucrativos.
Su indiferencia, que reprocha enérgicamente el misionero comboniano Juan Carlos Rodriguez, la justifican, hipócritamente, diciendo que se trata de un asunto interno
Otro grave atropello a los derechos humanos en el mundo lo constituyen los "niños soldado" reclutados por fuerzas armadas gubernamentales, grupos paramilitares, militares y otros grupos en 35 países.
Se calcula que son aproximadamente 350 millones. Muchos de estos niños están combatiendo actualmente en Uganda, República del Congo, Colombia, Sierra Leona etc., como ha denunciado Amnistía Internacional, Save Children y los misioneros, sin que los gobiernos occidentales tomen medidas para evitarlo.Tampoco las distintas iglesias ni la teología tradicional hacen la denuncia profética con la decisión que exige su fe.
Y no sólo eso, sino que, con su exceso de condescendencia con las democracias capitalistas imperantes en el mundo, están imposibilitando el anuncio de la radicalidad del mensaje evangélico, que desde sus orígenes está de parte de todos los esclavizados y empobrecidos a los que no se hace justicia desde tiempo inmemorial. Frente a esta connivencia con el poder económico-político mundial, Diaz de Cortázar contrapone el movimiento de los curas obreros, que se inicia en Francia en el comienzo de los años cincuenta del pasado siglo, como primera teología popular europea en su día y precedente de la teología de la liberación.
Hay que hacer notar que entonces estaba de Nuncio Apostólico en Paris el cardenal Angelo Roncalli (1944-1953), que sería unos años después el Papa Juan XXIII, y observaba con atención este comportamiento del clero joven francés y que esto influiría en él para convocar el Concilio Vaticano II .
Para llevar a cabo tan magno acontecimiento, que no pudo completar por interponerse su muerte, Juan XXIII se rodeó de los obispos y teólogos europeos más avanzados y que habían sido relegados a un segundo plano durante el pontificado de Pío XII.
Incluso alguno de ellos, como el gran eclesiólogo Yves Congar, había sido destituído de su cátedra de teología por la publicación de su libro Verdaderas y Falsas Reformas en la Iglesia, que se retiró, pero fotocopiado circulaba en la clandestinidad; era un libro verdaderamente profético. Después del Concilio siguió enseñando teología en el Instituto Católico de París y yo tuve la gran satisfacción de asistir a alguna de sus clases en una de mis correrías pastorales por allí. Pablo VI le elevó más tarde al rango de cardenal.
El padre Congar fue junto a los padres Chenu y Schillebeechx uno de los grandes teólogos que propiciaron y realizaron el Vaticano II. Todos ellos prepararon a la nave de pedro para lanzarla mar adentro en el mundo secularizado de nuestro tiempo. Con la misma vena profética de Juan XXIII el padre Congar, particularmente, había intuido que la Iglesia no podía seguir encastillada en su torre medieval, sino que tenía que soltar amarras y lanzarse entre las olas revueltas del mundo.
"Rema mar adentro", dijo Jesús a Pedro en su día (Lc 5,4).
Yves Congar tenía muy claro que el riesgo es uno de los signos de los tiempos a seguir con la mayor decisión posible .
Ver: Francisco Garcia-Margallo Bazago
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