Ecoteología



Aportación de la Teología de la Liberación

Los derechos humanos de los pobres

Unos de los aportes más significativos de la Teología de la Liberación ha sido redefinir la temática de los derechos humanos. Somos herederos de doscientos años de luchas, de sangre para defender los derechos de la persona como individuo. La contribución que la revolución burguesa ha dado es importante.

Pero es importante también darse cuenta de los límites de esta colaboración de la revolución francesa. Porque definir la persona como individuo contra del Estado y sólo en oposición a los demás representa un límite enorme para esos derechos individuales. No son sociales, no son derechos inclusivos sino exclusivos de una clase que ha tenido esa conciencia, que la ha formulado en función de ser una clase emergente.

El burgüés creó para sí un Estado que es el vehículo y garantía de sus intereses. ¿Dónde está la originalidad de la contribución lationamericana? Primero fue una experiencia de que la opresión es masiva y conflictiva, porque afecta a las grandes mayorías que no tienen los niveles mínimos de vida y reproducción de vida, es decir, personas que mueren antes de tiempo, razas marginalizadas culturas reprimidas, clases explotadas.

Las iglesias con su sentido evangélico de solidaridad y de misericordia con esa realidad se han dado cuenta de que ahí faltan las condiciones políticas para vivir los derechos fundamentales y que la lucha por los derechos fundamentales es una lucha política en la medida que no basta apuntar: aquí, una persona es torturada; ahí es presa sin razón; ahí, es echada de su pequeña tierra porque el latifundista es dueño y tiene los papeles de posesión.

En todo esto se ofenden los derechos establecidos por la revolución burguesa y francesa, pero faltan las condiciones políticas que permiten a uno vivir los derechos fundamentales.

Por lo que es necesario cambiar esa sociedad que continuamente genera pobres y que ataca solamente las consecuencias y no va a las causas. Las causas de las violaciones no son el arbitrio de la política, ni la mala voluntad del latifundista; es el tipo de estructura de la sociedad que, de forma permanente, mecánica excluye, viola y no incorpora la visión del derecho. Por eso, la lucha nuestra es luchar por los derechos humanos desde la salvaguarda de los derechos de los pobres.

Desde el momento en que metemos a los pobres ahí, descubrimos una jerarquía de los derechos: una cosa es el derecho de ir y venir, de hablar, de tener religión o no tenerla, ahí uno puede elegir; pero hay un dereccho fundamental que uno no puede elegir, que es el derecho de vivir o morir de hambre, de poder defender su pequeña tierra, sin la cual no tiene condiciones materiales de sobrevivir...

Ver: L. Boff, Lo esencial del Evangelio
Lo nuevo de la Ecoteología
Ed Nueva Utopía 2011
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