Encíclicas sociales

Pablo VI

Populorum Pregressio

III. La acción que debe emprenderse

La familia

(Cont., viene del día 1 de febrero)

Promoción cultural

40. Además de las organizaciones profesionales, es de notar la actividad de las instituciones culturales. Su función no es menor para el éxito del desarrollo."El porvenir del mundo corre peligro afirma el Cocilio Vaticano II, si no se forman hombres más instruidos en esta sabiduría" Y añade: "Muchas naciones económicamente más pobres, pero más ricas de sabiduría, pueden prestar a las demás una extraordinaria utilidad" (GS n.15, 3)

Rico o pobre, cada país posee una civilización, recibida de sus mayores: Instituciones exigidas por la vida terrena y manifestaciones superiores_ artísticas, intelectuales y religiosas_ de la vida del espíritu. Mientras que estas contengan verdaderos valores humanos, sería un grave error sacrificarlas a aquellas otras. Un pueblo que lo permitiera perdería con ello lo mejor de sí mismo y sacrificaría, para vivir, sus razones de vivir. La enseñanza de Cristo vale también para los pueblos: ¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? (Mt 16, 26).

Tentación materialista

41. Los pueblos pobres jamás se prevendrán suficientemente frente a esta tentación que les viene de los pueblos ricos. Estos presentan, con demasiada frecuencia, con el ejemplo de sus éxitos en una civilización técnica y cultural, el modelo de una actividad aplicada principalmente a la conquista de la prosperidad material. No que esta última cierre el camino por sí misma a las actividades del espíritu. Por el contrario, siendo éste "menos esclavo de las cosas, puede elevarse más facilmente a la adoración y a la contemplación del propio Creador" (Gaudium et spes n. 57, 4).

Pero, a pesar de ello, "la misma civilización moderna, no ciertamente por sí misma, sino porque se encuentra excesivamente apegada a las realidades terrenales, puede hacer muchas veces más difícil el acceso a Dios (Gs n.19, 2). En todo aquello que se les propone, los pueblos en fase de desarrollo deben, pues saber escoger, discernir y eliminar los falsos bienes que traerían consigo un descenso del nivel en el ideal humano, aceptando los valores sanos y benéficos para desarrollarlos juntamente con los suyos y según su carácter propio.

Conclusión

42. Es un humanismo pleno el que hay que que promover (Cf. J. Maritain, L'humanisme integral, Paris 1936). ¿Qué quiere decir esto sino el desarrollo integral de todo el hombre y todos los hombres?. Un humanismo cerrado, impenetrable a los valores del espíritu y a Dios , que es la fuente de ellos, podría aparentemente triunfar. Ciertamente, el hombre puede organizar la tierra sin Dios, pero, al fin y al cabo, sin Dios no puede menos de organizarla contra el hombre.

El humanismo exclusivo es un humanismo inhumano (H.De Lubac, S.J., Le drame de l'humanisme athée, Paris 1945, p.10). No hay, pues, más que un humanismo verdadero que se abre al Absoluto, en el reconocimiento de una vocación, que da la idea verdadera de la vida humana. Lejos de ser la norma última de los valores, el hombre no se realiza a sí mismo si no es superándose. Según la tan acertada expresión de Pascal, "el hombre supera infinitamente al hombre" (L'homme passe l'omme, Le Caire, Editions du Lien, 1944)

Ver: Ocho grandes mensajes, BAC 1974
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