Evangelizar a Europa hoy II



Fotografía de Bonhoeffer
en la portada del libro
Cristianismo y Secularidad
Manual de Nueva Teología Política Europea de
Francisco G-Margallo Bazago

Perfil del nuevo agente de la evangelización

6º Abiertos a la conversión política del corazón


La urgencia de la evangelización de Europa a que apelaba el episcopado europeo hace unos años, no se ha emprendido aún con la profundidad exigida por el C.Vaticano II. Recientemente Benedicto XVI y el episcopado mundial prepararon un nuevo proyecto, no sólo de Europa sino del mundo.

La descristianización de Europa y del mundo es mayor de lo que se cree, ya que afecta no sólo a los alejados, sino también a los que se acercan regularmente al templo y a la práctica sacramental. Ellos también se han dejado arrastrar por la corriente materialista y hedonista de la vida que asola hoy al mundo. El origen de esta deserción de los cristianos se sitúa en el carácter dualista que ha revestido el anuncio del evangelio. Se ha distinguido entre vivencia personalista de la fe y la acción en las realidades temporales, como si fueran ajenas una y otra.

Frente a la huida del mundo que se recomendaba en otro tiempo, el cristiano es requerido hoy por el C. Vaticano II a estar presente, como un ciudadano más, en las instituciones públicas en las que se decide el futuro de hombres/mujeres y pueblos. Ha sido Gaudium et Spes quien nos ha hecho tomar conciencia de que lo que acontece en la sociedad no puede estar al margen de la fe cristiana, sino que ésta ha de activarse en favor de un mundo más justo y humano. Es así como el reino de Dios que está oculto en las injusticias de los hombres emerje en el mundo nuevo que pide el Evangelio.

El anuncio evangélico se desvirtúa cuando se dirige sólo a la conversión de los corazones sin incidir en la transformación de las situaciones sociales injustas, haciendo de la conversión un proceso exclusivamente interno del individuo. Para evitar esta pseudoconversión tanto la nueva teología política europea como la de la liberación consideran indispensable la conversión política del corazón burgués que arrastramos buena parte de los cristianos. Lo que quiere decir que la auténtica conversión se realiza en el contexto global de la vida social.

Evidentemente, esto exige una revisión radical de la nocion de Dios y de la misma conversión, que no pueden dejar dualistamente fuera de su preocupación las contradicciones de la vida públíca y social. Cosa obvia porque el hombre, cuyo corazón ha de cambiar, no existe fuera de la historia y de la sociedad. La conversión así entendida se considera como la despedida de la época burguesa y lleva consigo que los países ricos del occidente cristiano, se abran a un trato más solidario con los países por él colonizados y empobrecidos.

Sí es viable que las iglesias asuman con decisión y difundan estas ideas acerca de la conversión política del corazón, para que los cristianos se vayan familiarizando con ella. Ellas mismas pueden ejercitarse en dicha conversión, abriéndose al mundo y estando mucho más activas en su transformación. Pero para ello han de despojarse de su excesiva institucionalización y guiarse más por la radicalidad evangélica (JB. Metz, Más allá de la religión burguesa, Salamanca 1982).

Anunciar hoy el Evangelio requiere empeñarse en la liberación integral del hombre ya en su vida terrena. "Si el mensaje cristiano sobre el amor y la justicia no penetra en el mundo, muy difícilmente obtendrá credibilidad entre los hombres de nuestro tiempo". (Documentoss del Tercer Sínodo. El Sacerdocio y la justicia en el mundo, PPC Madrid 1971)

Ver: Francisco G-Margallo, Secularidad y Cristianismo. Manual de Nueva Teología Política Europea
Ed Tirant lo Blanch Valencia 2007
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