Marx y la Biblia
3. La Civilización
Ley y civilización
La Ley
Tarde o temprano la exégesis sincera tenía que hacerse, respecto de todos los profetas, la pregunta clave que Würthwein plantea respecto de Amós:
¿Pero que sentido tiene el hecho de que Amós ponga en
evidencia las injusticias interhumanas? Se trata, en
resumidas cuentas, de delitos que ocurren entre los
hombres de todo el mundo en las variadas circunstancias,
y con los cuales acabamos siempre hallando un modus
vivendi sin muchos remilgos. ¿No les da Amós demasiada
importancia cuando ve en ellos la causa del gran desastre
que se avecina?
Que esta pregunta debe plantearse respecto de todos los profetas, fluye de afirmaciones como ésta de Kraus: "Amós, Oseas, Isaías y Miqueas conocen sólo un tema decisivo: justicia y derecho. ¿Cómo se explica que los profetas vean en la falta de justicia social la única causa del desastre y reyección de Israel?
Se cree que la teología y la exégesis habituales oscuramente presienten que una tal pregunta, tomada en serio, llevaría a conclusiones espantosas para occidente y para el cristianismo. Sólo así se explica que la exégesis y la teología habituales la evadan o, si acaso la formulan, la bagatelicen.
Pero antes de enfrentarnos a esa gran pregunta, conviene tener en cuenta un pasaje fundamental de Pablo que suele de modo muy semejante ser soslayado por la exégesis, quizá porque se exigiría se formulara sobre él una pregunta idéntica a la de Würthwein. Es la descripción de la injusticia reinante en el mundo pagano (Rom 1, 28-32), descripción que Rom 2, 1-3, 20 extenderá por igual al mundo judío.
Aun por razones formales de estructura se puede sospechar que siendo Rom 1, 18-3, 20 la base composicional de la carta a los romanos, la seriedad con que esa base se afronte resulta decisiva para la intelleción de toda la carta y de todo el mensaje paulino.
28 Y como no tuvieron a bien retener a Dios en
en conocimiento, los entregó Dios a mente
réproba para hacer lo que no conviene, repletos
de toda injusticia:
29 de perversidad, ambición, maldad, henchidos de
envidia, asesinato, discordia, engaño, malignidad;
30 chismosos, detractores, teoabominables,
orgullosos, altaneros, inventores de
maldades, desobedientes a sus padres,
31 desatinados, desleales, desamorados, despiadados;
32 los cuales, conociendo el justo decreto de Dios
que quienes tales cosas hacen son dignos de
muerte, no sólo las hacen sino que aun aprueban a
quienes las hacen (Rom 1, 28-32).
Este es el pasaje que exije se formule sobre él una pregunta idéntica a la de Wüthwein, pero antes digamos algo sobre la traducción presentada. El calificativo theostygés nunca, ni en la Biblia ni fuera de la Biblia, significa odiador de Dios o de los dioses; siempre, sin que haya siquiera una sola excepción, tiene sentido pasivo en la lengua griega: abominable para Dios o para los dioses.
El esfuerzo de algunos exégetas para darle acepción activa, no parece exegético. Tanto por filología como por el contexto el párrafo describe sólo acciones de los hombres para con los hombres. En idéntico contexto nos dice Sir 10, 7: "Abominable es al Señor y a los hombres el orgullo, para ambos es mal vista la injusticia(adikía)". Y en Prov 8, 13 dice Yahvé:
"La soberbia y el orgullo y el camino malo y la boca torcida yo aborrezco"; y véase lo mismo más profundamente, en Prov 6, 16-18 e Is 2, 12. Theostygés es pasivo, aunque mi traducción por teoabominable no se recomiende por razones de estética literaria.
Todavía sobre la traducción. He puesto dos puntos al final del v. 28, porque de entre todos estos conceptos el único que había anunciado Pablo es la injusticia (adikía)el el v. 18 y por dos veces. Se supone, pues, que ese es el que ahora pasa Pablo a enuclear y desentrañar en detalle: v. 29-31. Visto que en toda la perícopa 1, 18-3, 20 es adikía concepto dominante (1, 18a. 18b. 29; 2.8; 3,5; no puede en 1, 28-32 ponerse al mismo nivel que los conceptos acumulados a continuación.
La descripción 1, 29-31 coincide sustancialmente con la que hemos visto que el salterio hace de los "injustos"; por eso para los conceptos acumulados en 1, 29-31 la "injusticia" de 1, 28 es como el título complexivo. Máxime porque 1, 18 había informado el opresor influjo de la adikía sobre el conocimiento de la verdad, y toda la intención de 1, 28 es desatar el retrueque inmanente que el no-conocimiento ejerce arrojando a los hombres en poder de la adikía; ese poder de la adikía se pormenoriza en 1, 29-31.
Añádese que la adikía reaparece en 2, 7-8 en la partición de juicio final entre los hombres de "constancia en la buena obra" y "los hombres de discordia...que confían en la injusticia", donde, como vimos, la designación de esta segunda caterva coincide por contenido con la descripción que el salterio hace de los "injustos".
Ver:José P. Miranda, Marx y la Biblia. Crítica a la filosofía de la opresión.
Ed Sígueme 1975.
Ley y civilización
La Ley
Tarde o temprano la exégesis sincera tenía que hacerse, respecto de todos los profetas, la pregunta clave que Würthwein plantea respecto de Amós:
¿Pero que sentido tiene el hecho de que Amós ponga en
evidencia las injusticias interhumanas? Se trata, en
resumidas cuentas, de delitos que ocurren entre los
hombres de todo el mundo en las variadas circunstancias,
y con los cuales acabamos siempre hallando un modus
vivendi sin muchos remilgos. ¿No les da Amós demasiada
importancia cuando ve en ellos la causa del gran desastre
que se avecina?
Que esta pregunta debe plantearse respecto de todos los profetas, fluye de afirmaciones como ésta de Kraus: "Amós, Oseas, Isaías y Miqueas conocen sólo un tema decisivo: justicia y derecho. ¿Cómo se explica que los profetas vean en la falta de justicia social la única causa del desastre y reyección de Israel?
Se cree que la teología y la exégesis habituales oscuramente presienten que una tal pregunta, tomada en serio, llevaría a conclusiones espantosas para occidente y para el cristianismo. Sólo así se explica que la exégesis y la teología habituales la evadan o, si acaso la formulan, la bagatelicen.
Pero antes de enfrentarnos a esa gran pregunta, conviene tener en cuenta un pasaje fundamental de Pablo que suele de modo muy semejante ser soslayado por la exégesis, quizá porque se exigiría se formulara sobre él una pregunta idéntica a la de Würthwein. Es la descripción de la injusticia reinante en el mundo pagano (Rom 1, 28-32), descripción que Rom 2, 1-3, 20 extenderá por igual al mundo judío.
Aun por razones formales de estructura se puede sospechar que siendo Rom 1, 18-3, 20 la base composicional de la carta a los romanos, la seriedad con que esa base se afronte resulta decisiva para la intelleción de toda la carta y de todo el mensaje paulino.
28 Y como no tuvieron a bien retener a Dios en
en conocimiento, los entregó Dios a mente
réproba para hacer lo que no conviene, repletos
de toda injusticia:
29 de perversidad, ambición, maldad, henchidos de
envidia, asesinato, discordia, engaño, malignidad;
30 chismosos, detractores, teoabominables,
orgullosos, altaneros, inventores de
maldades, desobedientes a sus padres,
31 desatinados, desleales, desamorados, despiadados;
32 los cuales, conociendo el justo decreto de Dios
que quienes tales cosas hacen son dignos de
muerte, no sólo las hacen sino que aun aprueban a
quienes las hacen (Rom 1, 28-32).
Este es el pasaje que exije se formule sobre él una pregunta idéntica a la de Wüthwein, pero antes digamos algo sobre la traducción presentada. El calificativo theostygés nunca, ni en la Biblia ni fuera de la Biblia, significa odiador de Dios o de los dioses; siempre, sin que haya siquiera una sola excepción, tiene sentido pasivo en la lengua griega: abominable para Dios o para los dioses.
El esfuerzo de algunos exégetas para darle acepción activa, no parece exegético. Tanto por filología como por el contexto el párrafo describe sólo acciones de los hombres para con los hombres. En idéntico contexto nos dice Sir 10, 7: "Abominable es al Señor y a los hombres el orgullo, para ambos es mal vista la injusticia(adikía)". Y en Prov 8, 13 dice Yahvé:
"La soberbia y el orgullo y el camino malo y la boca torcida yo aborrezco"; y véase lo mismo más profundamente, en Prov 6, 16-18 e Is 2, 12. Theostygés es pasivo, aunque mi traducción por teoabominable no se recomiende por razones de estética literaria.
Todavía sobre la traducción. He puesto dos puntos al final del v. 28, porque de entre todos estos conceptos el único que había anunciado Pablo es la injusticia (adikía)el el v. 18 y por dos veces. Se supone, pues, que ese es el que ahora pasa Pablo a enuclear y desentrañar en detalle: v. 29-31. Visto que en toda la perícopa 1, 18-3, 20 es adikía concepto dominante (1, 18a. 18b. 29; 2.8; 3,5; no puede en 1, 28-32 ponerse al mismo nivel que los conceptos acumulados a continuación.
La descripción 1, 29-31 coincide sustancialmente con la que hemos visto que el salterio hace de los "injustos"; por eso para los conceptos acumulados en 1, 29-31 la "injusticia" de 1, 28 es como el título complexivo. Máxime porque 1, 18 había informado el opresor influjo de la adikía sobre el conocimiento de la verdad, y toda la intención de 1, 28 es desatar el retrueque inmanente que el no-conocimiento ejerce arrojando a los hombres en poder de la adikía; ese poder de la adikía se pormenoriza en 1, 29-31.
Añádese que la adikía reaparece en 2, 7-8 en la partición de juicio final entre los hombres de "constancia en la buena obra" y "los hombres de discordia...que confían en la injusticia", donde, como vimos, la designación de esta segunda caterva coincide por contenido con la descripción que el salterio hace de los "injustos".
Ver:José P. Miranda, Marx y la Biblia. Crítica a la filosofía de la opresión.
Ed Sígueme 1975.