Marx y la Biblia
4. Ley y civilización
La intervención de Dios en nuestra historia tiene la unidad y organicidad de un designio consecuente, la continuidad tozuda de quien se ha propuesto llevar algo a cabo. Su último acto es lo que solemos llamar el juicio final
Pero al decir "juicio", exegéticamente tropezamos con el término hebreo mispât de cuya intelección parece depender (subordinadamente a lo que queda dicho en el capítulo 2, sobre la característica inconfundible del Dios de la Biblia) la interpretación de la Biblia del antiguo y del nuevo testamento muy particularmente. Pues esa misma palabra, mispât, significa
ley, acto judicial, derecho, justicia, intervención justiciera extrajudicial y, lo que es más importante, designa también el contenido de lo que habitualmente llamamos juicio final.
En qué vaya a consistir el juicio final, depende de lo que mispât signifique. Pablo, Juan y los sinópticos suponen sabido ese significado. "Final" tiene sentido de : ¡por fin!, ¡hasta que por fin...!. ¡lo que la humanidad entera lleva milenios y milenios esparando!...
En realidad la única descripción pormenorizada que nos ofrece el nuevo testamento del juicio final es la de Mt 25, 31-46 que coincide punto por punto con la que hemos visto en el antiguo testamento: eliminación de los "injustos", ocupación del reino únicamente por parte de los "justos", es decir, por parte de quienes dan de comer al hambriento, de beber al sediento etc. No hay base alguna para imaginar que los otros autores del nuevo testamento concebían el juicio en términos diferentes que los de Mateo. Rom 2, 5-12, aunque no es una descripción que corrobora esta unanimidad.
No habría habido nunca oscuridad en estas expresiones si la exégesis hubiera tenido en cuenta que se refieren al mismo juicio final que Mateo nos decribe 25, 31-46. La formulación "obra buena" en Rom 2, 7 (repetida en 2,10 por "obrar el bien") es un riguroso término técnico para designar precisamente las acciones que en Mt 25, 31-46 vienen descritas. El carácter del término técnico puede constatarse en 2 Cor 9, 8; Rom 13, 3; 1 Tim 2, 10; 5, 10a. 10b. 25; 6, 18; 2 Tim 2, 21; 3, 17; Ef 2, 10; Col 1, 10...
Algunos exégetas sugieren que la intervención escatológica de Dios está basada, más que en la idea de "Yahvé juez", en la de "Yahvé guerrero". Apoyan su sugerencia en el hecho de que muchos pasajes apuntan hacia el juicio final con la designación "el día de Yahavé" (Is 13, 6, 9; Am 5, 18), que ciertamente tiene su encuadre vital original en "las guerras de Yahvé" y en la concepción de Yahvé como héroe de la guerra.
En todo caso es verdad que el nuevo testamento se refiere al juicio final mediante expresiones como "el día del juicio" (Mt 10, 15; 11, 22-24; 12, 36), "el día del Señor")..."el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios (Rom 2, 6).
---Ver José P. Miranda, Marx y la Biblia
Ediciones Sígueme 1975