Misa en el altar del Mundo (Teilhard de Chardin)









Oración
(cont.)

¡Extrañas actividades de tu Espíritu, Dios mío! Cuando hace dos siglos comenzó a dejarse sentir en tu Iglesia la atracción precisa de tu Corazón, pudo parececer que lo que seducía a las almas era el descubrir en Tí un elemento más determinado, más circunscrito que tu misma Humanidad.

Mas he aquí que ahora,¡por un cambio súbito!, resulta evidente que, mediante la "revelación" de tu Corazón, has querido, Jésús, proporcionar a nuestro amor el medio de sustraerse a lo que había de excesivamente estrecho, preciso y limitado en la imagen que nos habíamos formado de Tí. En el centro de tu pecho no descubro más que un horno y cuanto más contemplo este foco ardiente más me parece que los contornos de tu Corazón se funden en su totalidad que se van agrandando, más allá de toda medida, hasta el extremo de que ya no distingo en Tí otros rasgos más que la figura de un Mundo inflamado.

Cristo glorioso; Influencia secretamente difundida en el seno de la Materia y Centro deslumbrador en el que se centran las innumerables fibras de lo Múltiple; Potencia implacable como el Mundo y cálida como la Vida; Tú en quien la frente es de nieve, los ojos de fuego y los pies son más centelleants que el oro en fusión; Tú, cuyas manos aprisionan las estrellas; Tú que eres el primero y el último, el vivo, el muerto y el resucitado; Tú que concentras en tu unidad exuberante todos los encantos, todos los gustos, todas las fuerzas, todos los estados,; a Tí era a quien llamaba mi ser con un ansia tan amplia como el Universo: ¡Tú eres realmente mi Señor y mi Dios!

Presencia de Dios en el Mundo

EJERCITÉMONOS hasta la saciedad sobre esta verdad fundamental hasta que nos sea tan familiar como la percepción del relieve o la lectura de las palabras. Dios, en lo que tiene de más viviente y de más encarnado, no se halla lejos de nosotros, fuera de la esfera tangible, sino que noes espera a cada instante en la acción, en la obra del momento.

En ciero modo, se halla en la punta de mi pluma, de mi pico, de mi pincel, de mi aguja; de mi corazón, de mi pensamiento. Llevando hasta su última terminación el rasgo, el golpe, el punto en que me ocupo, es como aprehenderé el Fin último a que tiende mi profunda libertad. Como estas temibles energías físicas que el Hombre llega a disciplinar hasta lograr que realicen prodigios de delicadeza, el enorme poder del atractivo divino se aplica a nuestros frágiles deseos, a nuestros microscópicos objetos, sin romper su punta.

Es exultante; por tanto, introduce en nuestra vida espiritual un principio superior de unidad, cuyo efecto específico es, con arreglo al punto de vista que se adopte, santificar el esfuerzo humano o humanizar la vida cristiana.

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Poesía bucólica de San Juan de la Cruz
Canción de la Glosa Soberana


Del agua de la vida
mi alma tuvo sed insaciable.
Desea la salida
del cuerpo miserable
para beber de esta agua perdurable.

Está muy deseosa
de verse libre ya de esta cadena;
la vida le es penosa
cuando se halla ajena
de aquella dulce patria tan amena.

El mal presente aumenta
la memoria de tanto bien perdido,
el corazón revienta
con gran dolor herido
por verse de su Dios desposeído.

Dichosa y venturosa
el alma que a su Dios tiene presente.

¡Oh mil veces dichosa,
pues bebe de una fuente
que no se ha de agotar eternamente!

¡Oh patria verdadera,
descanso de las almas que en tí moran,
consolación entera
adonde ya no lloran
los justos, mas con gozo a Dios adoran!

La vida temporal
contigo,¡oh vida eterna!, comparada,
es tanto desigual,
que puede ser llamada,
no vida, sino muerte muy pesada.
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