Misa de la tierra sin males



Apertura

En nombre del Padre de todos los Pueblos,
Maira de todo,
excelso Tupá.

En nombre del Hijo
que a todos nos hace hermanos
.
En la Sangre mezclada con todas las sangres.
En nombre de la Alianza de la Liberación.

En nombre del Amor que está en todo amor.

En nombre de la Tierra-sin-males,
perdida en el lucro, ganada en el dolor.
En nombre de la Muerte vencida,
en nombre de la Vida,
cantamos, Señor.


Memoria penitencial

Indígena

Yo era la Tierra entera,
yo era el hombre libre.

Blanco

Y nosotros te redujimos
a la Vitrina y Reserva,
a Parque zoológico,
a Archivo-polvo.

Indígena
Yo era la salud de los ojos,
penetrantes como flechas,
de los oídos atentos,
de los músculos armónicos,
del alma en sosiego.

Blancos
Y nosotros te sumergimos
en los virus, los bacilos
y las pestes importadas.
Redujimos tu pueblo
a un Pueblo de enfermos,
a un Pueblo de difuntos.

Espiritualidad de la liberación

En el seguimiento de Jesús

La espiritualidad cristiana, es por definición, la espiritualidad de Jesús, según su Espíritu. Su opción deberá ser nuestra opción, sus actitudes nuestras actitudes, su praxis nuestra praxis. Para nosotros, como para Pablo,
vivir es Cristo, y morir con él y por él es el verdadero lucro Fl 1, 21).

La palabra "cristiana" para nosotros, connotando la espiritualidad, no es apenas un adjetivo, es un sustantivo vital. Podrán existir en el cristianismo -en las diferentes Iglesias, en las variadas congregaciones religiosas o en los movimientos apostólicos- matices, acentos, adjetivaciones en la espiritualidad (luterana, franciscana, carismática); sin embargo, siempre el carácter de cristiana es lo que definirá esa espiritualidad, única en su sustancial instancia...

Credo de la ecología total

Creemos en tu Palabra,
Creemos en tu Silencio,
Creemos en tu Presencia,
Creemos en tu Venida.

Creemos en Tí y te amamos,
y amamos todo lo que hay
en el cielo y en la tierra,
en el aire y en las aguas,
en la vida y en la historia.

Y esperamos y construimos contigo,
entre sombras y luces,
pero en la certeza de tu amor fiel,
del nuevo Cielo y la nueva Tierra que
tu corazón nos garantiza.

Amén, Aleluya.
Pedro Casaldáliga (obispo)
Misa de la tierra sin Males
Ed. Nueva Utopía, Mdrid 2011
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