Nombres para la Utopía
¿No puede hablarse de cambios drásticos y rupturas en su trayectoria vital?
Seguimos hablando sobre R. Garaudy
Cuando estaba, dice, en el Partido Comunista Francés, consideraba que mi tarea era recordar que existe una dimensión trascendental del hombre, como necesidad humana. Engels y Marx estaban convencidos del origen cristiano del socialismo. Al final de su libro sobre la guerra de los campesinos, guerra dirigida por un teólogo protestante, Thomas Münzer, decía que su programa socialista fue el más desarrollado hasta la mitad del s. XIX, hasta el Manifiesto.
Münzer fue discípulo de Joaquin de Fiore, que por primera vez explicaba la Trinidad como tres etapas de la historia: El período de la ley (Padre), revelación del amor(Hijo), y la tercera etapa, sin estado, sin opresión, sin explotación, sin iglesia(era del Espíritu).
Pero hay más, al hablar de un socialismo científico, nos referimos a los medios, no a sus fines. Cuando Marx no era todavía marxista y con 25 años escribió sobre Hegel (Crítica de la filosofía hegueliana del derecho) y se refiere a la religión como opio del pueblo, en la misma págima habla de la religión como reflejo de la miseria humana que es al mismo tiempo una protesta contra esta miseria. Puede ser por tanto levadura.
Cuando Marx explica por qué ha sido socialista dice exastamente que por imperativo categórico, contra todo régimen que oprime y humilla al hombre. Es una elección moral, nada científica. Y después intenta defender una formulación científica (economía política)como medio para llegar a estos fines y organizar la lucha y el sujeto (clase obrera) que puede conducir este proyecto. Ser socialista es una elección moral, un imperativo categórico.
Y al Islamm no vine para cambiar mi concepción. Cuando recibí en Riad, de manos de los hermanos del rey Fahd, el premio Faisal, en la primera entrevista dije: "Entro en el Islám con la Bilia sobre un brazo y el Capital de Marx bajo el otro". No es contradictoria la metodologia del marxismo como análisis de las contradicciones de una época o una sociedad, con el intento de hacer emerger, mediante el análisis, el proyecto capaz de superar tales contradicciones. No confundo el nivel de los medios con el de los fines.
He explicado reiteradamente que una de las razones del fracaso del socialismo, sedicente científico, es entender cientifico como positivista y olvidar la dimensión trascendente del hombre. Cuando fui expulsado del partido expresé que la revolución necesita más trascendencia que determinismo.
No era invención mía; cuando Lafargue, el marido de la hija de Marx, escribió El determinismo económico,al leerlo Marx sentenció: si esto es el marxismo yo no soy marxista. Un determinismo sólo puede fundar una concepción conservadora. Si el futuro depende enteramente del pasado, no se puede ser revolucionario, sólo conservador, y organizar facilmente un empirismo político.
Marx no ha explicado la trascendencia de Dios, sí la del hombre en relación con la naturaleza. No se preocupaba del problema religioso. Criticaba el cristianismo como fuerza política en el período de la Santa Alianza, pero no es la suya una tesis metafísica, filosófica, sino una constatación política.
Ver: Nombres Para
la Utopía
Madrid 1993