Pablo Iglesias el "Abuelo"

Mañana 18 de octubre se celebra el aniversario de su nacimiento en El Ferrol. Para que lo recuerden los socialistas y sigan sus huellas.
Al fundador del partido socialista obrero español, Pablo Iglesias, se le ha llamado el "apóstol", el "abuelo" auténtico del movimiento de emancipación de la clase obrera española. El biblista JM. González Ruiz le incluye en su libro Los santos que nunca serán canonozados. Es decir, le considera uno de los santos no canonizables
Este libro que tengo en mis manos dice cosas que merece la pena que conozcan los militantes socialistas y los ciudadanos en general. Iglesias condenó siempre la violencia, por inhumana y por ineficaz.
Cuando el 8 de agosto de 1897 Cánovas del Castillo cayó muerto por un disparo vengador, Iglesias escribía en el periódico El Socialista: "Condenamos los crímenes de abajo tanto como los de arriba, aunque algunas veces los primeros sean colorarios de los segundos. Aquilátese la bondad de las ideas en el terreno de la discusión y de la crítica; déjese el campo libre a la lucha pacífica y legal y no contribuyamos a convertir esta sociedad, inarmónica ya por el antagonismo de intereses, en una sangrienta lucha de fieras".
A fines de 1921 Eduardo Dato caía también abatido por las balas y Pablo Iglesias expresó con más rotundidad su pensamiento:"La violencia, por sí sola, no resolvió nunca nada: es cosa adjetiva. En España es esencialmente reaccionaria, lo mismo si lo ejercen los gobiernos que si la practica el anarquismo. La fórmula salvadora es la libertad y la justicia. No hay otra".
Era tan sincero que cuando en el mismo año 1921 "La Tercera Internacional de Moscú pretendía absorber los partidos socialistas que se habían adherido a la Segunda Internacional, no pudo aceptar las condiciones: La lucha de clases entra en período de guerra civil. Los comunistas no se deben fiar de la legalidad burguesa. Los partidos serán centralizados y sometidos a disciplinas férreas, otorgando a sus organismos centrales poderes más extensos"
Esto ocasionó la escisión del socialismo español que tanto le disgustó. Pero su gesto le pareció profético al escriturista malagueño, porque quizá los "comunismos" de última hora puedan reconocer en él a su abuelo natural y legítimo.
En 1901 Canalejas ocupó el Ministerio de Agricutura, Industria y comercio y pensó en crear un Instituto de Reformas Sociales para que lo dirigiera Iglesias, pero éste declinó la invitación en estos términos: "no aceptaría jamás otros cargos que aquellos a los que lo enviara el voto de sus correligionarios".
La mejor loa del Santo la hace una placa que el Ayuntamiento de El Ferrol colocó en su casa natal:
"El 18 de octubre de 1850 nació en esta casa don Pablo Iglesias Posse, apóstol y fundador del socialismo en España. Falleció en Madrid el 9 diciembre de 1925. En justo homenaje a su vida austera, al temple heroico de su voluntad y la honradez de su conducta, El Ferrol le dedicó este recuerdo en 9 de diciembre de 1927".
Lo menos que se les pide a los militantes del partido socialista es que sigan la política sensata y constructitva de su fundador, eliminando toda polémica inútil con sus adversarios, devolviéndole ál socialismo su carácter virtuoso. Esperemos que su campaña electoral se desarrolle en un tono dialogante con el adversario.