Los Santos fueron seres humanos
(Cont., viene del día 5)
Los asturianos y la religiosidad
Recorriendo Asturias, se puede apreciar detalles y vestigios de nuestra religiosidad, como en las demás regiones de España.
Por doquier encontramos testimonios de su antigua religiosidad:
santuarios, ermitas, capillas.
Desde la Virgen de Trobaniello y la de Alba, por fijarnos en Quirós y la Carrascontina de León, lindando con Asturias y la iglesia del Monsacro, hasta el Cristo de Candás y la Virgen Villaoril y Santa Ana de Montarés y las capillas dedicadas a la Virgen de la Guía, frecuentes en nuestros puertos, que eran como el faro que señalaba la entrada a los navegantes, hay una riqueza de Santuarios.
Pero si añadimos los conventos, monasterios distribuidos en todos los contejos, podemos fácilmente llegar a la conclusión de que nada se iniciaba sin invocar el nombre de Dios. Oviedo es la ciudad de las Reliquias por antonomasia, tanto que a nuestra Catedral se la llama la Sacra.
El sudario de Oviedo es un paño pequeño que se utilizaba para limpiarse el sudor. El Sudario presenta manchas -no imágenes- que los forenses pueden reproducir. El Sudario está documentado desde el siglo VIII. Parece que por el estudio de las manchas y de los pólemos se puede determinar que el Sudario rodeó la cabeza de un crucificado en Palestina en el siglo I.
El P.Feijoo, en un informe que se conservaba en el archivo de la Universidad, decía a mediados del siglo VIII: "Con ser este país tan finamente católico, no faltan en él, quienes se esfuerzan (lo que no se puede recordar sin mucho dolor) en hacer aquí el nombre del fraile tan odioso, o por lo menos tan tedioso, como lo es en Londres, Ginebra o Berlín".
Lo que es indiscutible es que la diócesis asturiana tiene una historia misionera llena de ejemplos.
Melchor de Quirós (el santo quirosano), como tantos misioneros, recibió el ciento por uno"(Mt 19, 29)porque dió su vida por llevar el Evangelio a todos los pueblos de la Tierra.
Ver: José Manuel Coviella Corripio
Los santos fueron seres humanos
S. Melchor de Quirós
Ediciones CyC