Teología política europea
Capítulo Primero
Evolución teológica preconciliar(continuación)
3. Nouvelle Théologie
Otra voz significativa en el mismo sentido es la Nouvelle Théologie, en la que puede verse un antecedente próximo de la nueva teología política. Los que participaron en este movimiento teológico, suscitado en Francia al término de la segunda guerra mundial, intentaron promover una reflexión teológica adaptada a las necesidades de la época y a la mentalidad del hombre contemporáneo.
La motivación fue el malestar que se observaba en los seminarios y facultades de teología ante la rigidez e inmutabilidad con que se proponía la formulación de las verdades cristianas. El camino se lo preparó el sector más dúctil de la neoescolástica abierto a la ética política, al método histórico y al personalismo de pensadores como Jacques Maritain, Etienne Gilson y Jean Lecroix. Fue tal vez la parcela que cultivó el método histórico la que propició la Nouvelle Théologie.
Pero la reacción que provocó fue contundente, porque se veía en ella una especie de neomodernismo e incluso un complot contra la fe. Sus promotores, en cambio, decían tomar posición frente a un cierto intelectualismo que observaban en la teología.
Dicho intelectualismo hacía de la revelación cristiana la comunicación de un sistema de ideas, siendo como es, ante todo, la manifestación de una persona, de la Verdad en persona: Cristo es al mismo tiempo el portador y el objeto del mensaje divino. Es decir, entiende la revelación más como historia y automanifestación de Dios en ella que como sistema de ideas transmitidas.
Aunque el malestar estaba latente desde 1929 en que aparecen algunos profesores jesuitas en la Facultad teológica de Lyon y del Instituto católico
de Toulouse, la batalla arreció con motivo de un artículo más bien periodístico en Etudes del padre Jean Danielou, en el que elogiaba la renovación de la Iglesia francesa en todos los campos, pero que algunos interpretaron como un manifiesto revolucionario.
También tuvo que ver la fundación de Sources Chretiennes, una colección de textos patrísticos aparecida antes de la guerra, que tuvo muy buena acogida y gran éxito después. Sin embargo, en el momento pasional de entonces se consideró como una máquina de guerra contra la teología escolástica y contra la fe de la Iglesia.
Asimismo el libro Catholicisme, del que sería después cardenal Henri de Lubac, fue motivo de sospecha y mucho más la publicación posterior de Surnaturel. Como vivía en Fouvière se ridiculizó a una mítica "Escuela de Fouvière" y al mismo tiempo a una mítica "nueva teología", cuyo jefe era él .
Digamos finalmente que en esta corriente teológica estuvieron implicados también teólogos tan prestigiosos como MD. Chenu, Y. Congar y E. Schillebeeckx, que se percataron con mucha clarividencia del error de una Iglesia cerrada al mundo surgido de la Ilustración, que se manifestaba irreversible en el camino hacia su autonomía y libertad.
Todos ellos fueron censurados y reducidos al silencio por las querellas embarulladas de unos teólogos, que,se habían preocupado muy poco de las grandes corrientes anticatólicas que causaban graves estragos.
Pero unos años después, cuando Juan XXIII convocó el concilio Vaticano II, los padres Congar y de Lubac fueron nombrados expertos de la Comisión teológica preparatoria, convirtiéndose así en inspiradores de un concilio que puso fin a una época de oscurantismo y oposición a la civilización moderna, que desde la publicación del Syllabus de Pío IX (1864), había protagonizado el sector eclesial más conservador .
A partir de aquí los teólogos coinciden en afirmar, cada vez más, que es tomando en serio al hombre y al mundo como los cristianos hemos de dar razón de nuestra esperanza en la fe, en una Iglesia abierta al diálogo con su época y al servicio siempre de la humanidad.
17 A. GOUNELLE,'Où va la théologie', en Etudes théologiques et religieuses, 46 (1941) 125 138; JM. ROVIRA, 'Nouvelle théologie', Introducción a la teología BAC (Madrid 1996) 68.
18 H. de Lubac, Diálogo sobre el Vaticano II, BAC (Madrid 1985) 11ss.
------------------------------------------------
Hago saber a los nuevos lectores que los martes
seguimos un curso sobre Teología política europea,
una teología que surge del C. Vaticano II y de la
Conferencia mundial del Consejo ecuménico de las
Iglesias celebrada en Ginebra (1966) que versó
sobre Iglesia y Sociedad. Es, pues, una teología
ecuménica elaborada conjuntamente por teólogos
católicos y protestantes, siguiendo el deseo de
Juan XXIII.
Las páginas anteriores están en los martes a
partir del 25 de octubre que comenzó el curso.
--------------------------------------------------------
Recuerdo que el texto que sigo en el curso es mi libro
titulado Cristianismo y Secularidad. Manual de Nueva ´
Teología Política Europea, ed.Tirant lo Blanch,
Valencia 2007.
--------------------------------------------------------
Evolución teológica preconciliar(continuación)
3. Nouvelle Théologie
Otra voz significativa en el mismo sentido es la Nouvelle Théologie, en la que puede verse un antecedente próximo de la nueva teología política. Los que participaron en este movimiento teológico, suscitado en Francia al término de la segunda guerra mundial, intentaron promover una reflexión teológica adaptada a las necesidades de la época y a la mentalidad del hombre contemporáneo.
La motivación fue el malestar que se observaba en los seminarios y facultades de teología ante la rigidez e inmutabilidad con que se proponía la formulación de las verdades cristianas. El camino se lo preparó el sector más dúctil de la neoescolástica abierto a la ética política, al método histórico y al personalismo de pensadores como Jacques Maritain, Etienne Gilson y Jean Lecroix. Fue tal vez la parcela que cultivó el método histórico la que propició la Nouvelle Théologie.
Pero la reacción que provocó fue contundente, porque se veía en ella una especie de neomodernismo e incluso un complot contra la fe. Sus promotores, en cambio, decían tomar posición frente a un cierto intelectualismo que observaban en la teología.
Dicho intelectualismo hacía de la revelación cristiana la comunicación de un sistema de ideas, siendo como es, ante todo, la manifestación de una persona, de la Verdad en persona: Cristo es al mismo tiempo el portador y el objeto del mensaje divino. Es decir, entiende la revelación más como historia y automanifestación de Dios en ella que como sistema de ideas transmitidas.
Aunque el malestar estaba latente desde 1929 en que aparecen algunos profesores jesuitas en la Facultad teológica de Lyon y del Instituto católico
de Toulouse, la batalla arreció con motivo de un artículo más bien periodístico en Etudes del padre Jean Danielou, en el que elogiaba la renovación de la Iglesia francesa en todos los campos, pero que algunos interpretaron como un manifiesto revolucionario.
También tuvo que ver la fundación de Sources Chretiennes, una colección de textos patrísticos aparecida antes de la guerra, que tuvo muy buena acogida y gran éxito después. Sin embargo, en el momento pasional de entonces se consideró como una máquina de guerra contra la teología escolástica y contra la fe de la Iglesia.
Asimismo el libro Catholicisme, del que sería después cardenal Henri de Lubac, fue motivo de sospecha y mucho más la publicación posterior de Surnaturel. Como vivía en Fouvière se ridiculizó a una mítica "Escuela de Fouvière" y al mismo tiempo a una mítica "nueva teología", cuyo jefe era él .
Digamos finalmente que en esta corriente teológica estuvieron implicados también teólogos tan prestigiosos como MD. Chenu, Y. Congar y E. Schillebeeckx, que se percataron con mucha clarividencia del error de una Iglesia cerrada al mundo surgido de la Ilustración, que se manifestaba irreversible en el camino hacia su autonomía y libertad.
Todos ellos fueron censurados y reducidos al silencio por las querellas embarulladas de unos teólogos, que,se habían preocupado muy poco de las grandes corrientes anticatólicas que causaban graves estragos.
Pero unos años después, cuando Juan XXIII convocó el concilio Vaticano II, los padres Congar y de Lubac fueron nombrados expertos de la Comisión teológica preparatoria, convirtiéndose así en inspiradores de un concilio que puso fin a una época de oscurantismo y oposición a la civilización moderna, que desde la publicación del Syllabus de Pío IX (1864), había protagonizado el sector eclesial más conservador .
A partir de aquí los teólogos coinciden en afirmar, cada vez más, que es tomando en serio al hombre y al mundo como los cristianos hemos de dar razón de nuestra esperanza en la fe, en una Iglesia abierta al diálogo con su época y al servicio siempre de la humanidad.
17 A. GOUNELLE,'Où va la théologie', en Etudes théologiques et religieuses, 46 (1941) 125 138; JM. ROVIRA, 'Nouvelle théologie', Introducción a la teología BAC (Madrid 1996) 68.
18 H. de Lubac, Diálogo sobre el Vaticano II, BAC (Madrid 1985) 11ss.
------------------------------------------------
Hago saber a los nuevos lectores que los martes
seguimos un curso sobre Teología política europea,
una teología que surge del C. Vaticano II y de la
Conferencia mundial del Consejo ecuménico de las
Iglesias celebrada en Ginebra (1966) que versó
sobre Iglesia y Sociedad. Es, pues, una teología
ecuménica elaborada conjuntamente por teólogos
católicos y protestantes, siguiendo el deseo de
Juan XXIII.
Las páginas anteriores están en los martes a
partir del 25 de octubre que comenzó el curso.
--------------------------------------------------------
Recuerdo que el texto que sigo en el curso es mi libro
titulado Cristianismo y Secularidad. Manual de Nueva ´
Teología Política Europea, ed.Tirant lo Blanch,
Valencia 2007.
--------------------------------------------------------