Virtudes públicas en J. Ortega y Gasset
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Virtudes públicas o laicas
en José Ortega y Gasset
Capítulo Cuarto
El Socialismo
Conclusión
La obra toda de Ortega es de suma actualidad, porque la vida, que es su eje central, es una operación que se hace hacia adelante rebotados del pasado, pero sin olvidarse de éste en aras siempre del futuro. De ahí que sea actual en todos los campos: en el filosófico y teológico, así como en el cientítifco, cultural y político-social.
Centrándonos en el tema que ha sido objeto de nuestro estudio, el Dios laico, virtudes públicas, he de decir que despierta interés entre los teólogos más abiertos a los signos de los tiempos, porque la laicidad o secularidad es un valor en alza tanto en los estudios bíblicos como en la sociedad.
Ha sido un error, en cambio, que la teología escolástica haya olvidado largo tiempo que el Dios bíblico y cristiano es un Dios que está en unión permanente con el pueblo (laos) y por tanto es un Dios laico o popular (laicos). Basta con abrir la Biblia para convencerse de ello.
Afortunadamente hoy los biblistas y la teología surgida del Vaticano II han redescubierto esta faceta inherente al mensaje bíblico y al cristianismo como un valor que beneficia a ambos y a sus destinatarios. Ha sido también un acierto la aportación de Ortega al respecto. Los orígenes del cristianismo son seculares, laicos hasta tal punto que se llegó a tachar a los primeros cristianos de ateos.
Después, sobre todo en tiempos de la burguesía, el mensaje cristiano se desvió hacia el culto del templo como casi único lugar de encuentro con Dios. Hoy volvemos a las raíces originarias del cristianismo; según ellas, Dios se revela en el mundo que viven los hombres y mujeres en todo momento, con preferencia a otros lugares.
Como se puede constatar, la situación histórica en que está inserta hoy la fe cristiana pasa por un momento crítico debido a que se ha producido el tránsito de un mundo divinizado a un mundo hominizado. También en el hombre y la mujer se ha observado un cambio notable en sus relaciones con el mundo, porque se sienten sujetos o arquitectos de un mundo que está a su servicio y depende cada vez más de ellos. El mundo ya no se organiza según las leyes divinas o de la Iglesia, sino por las leyes que dictan los hombres.
"El ser humano plenamente consciente de su dignidad y grandeza se ha vuelto sobre sí mismo para pensar y comprenderlo todo desde sí mismo". Así lo ve la teología del Vaticano II, un gran concilio que ha abierto una nueva época en la Iglesia que no tiene marcha atrás, a pesar de las reticencias de algunos sectores de la jerarquía eclesiástica.
Por otra parte, el hombre y mundo laicos de hoy están demandando asimismo unas virtudes laicas, para inyectar vitalidad y ética a la sociedad. Así la ciencia, la cultura, la política o el socialismo son las virtudes propias de este mundo nuestro que tenemos que transformar y humanizar.
Para Ortega, la virtud no puede permanecer oculta más tiempo en las profundidades del alma de manera intimista, porque se desperdicia. Tiene que aflorar en un compromiso decidido en favor de la sociedad y del mundo complejo que vivimos. En ese camino precisamente se hace hoy encontradizo el Dioss laico cristiano.
Ver: Francisco G-Margallo: Teología de J. Ortega y Gasset. Evolución del cristianismo, Madrid 2012
También Virtudes públicas en Ortega.
Los interesados en la adquisición de los libros de J. Ortega y Gasset pueden llamar al tf. 91 534 27 65. o escribir a:
fmargalloba@hotmail.com// En Madrid: Librería El Buscón Cardenal Silíceo 8. Semiesquina López de Hoyos 148 www.elbuscon.es. También en Libreria Basílica C/ Comandante Zorita, 23Telf 91 534 45 54. Y tambien en Meta Librería. Filosofía y Ensayo C/Joaquín María López, 29 en Madrid Telf
91 544 78 26. Y La Librería C/Mayor 80 Madrid Tel 91 541 71
70; y también en librería aliana C/General Varela, 6 Tel 91 555 73 02
Virtudes públicas o laicas
en José Ortega y Gasset
Capítulo Cuarto
El Socialismo
Conclusión
La obra toda de Ortega es de suma actualidad, porque la vida, que es su eje central, es una operación que se hace hacia adelante rebotados del pasado, pero sin olvidarse de éste en aras siempre del futuro. De ahí que sea actual en todos los campos: en el filosófico y teológico, así como en el cientítifco, cultural y político-social.
Centrándonos en el tema que ha sido objeto de nuestro estudio, el Dios laico, virtudes públicas, he de decir que despierta interés entre los teólogos más abiertos a los signos de los tiempos, porque la laicidad o secularidad es un valor en alza tanto en los estudios bíblicos como en la sociedad.
Ha sido un error, en cambio, que la teología escolástica haya olvidado largo tiempo que el Dios bíblico y cristiano es un Dios que está en unión permanente con el pueblo (laos) y por tanto es un Dios laico o popular (laicos). Basta con abrir la Biblia para convencerse de ello.
Afortunadamente hoy los biblistas y la teología surgida del Vaticano II han redescubierto esta faceta inherente al mensaje bíblico y al cristianismo como un valor que beneficia a ambos y a sus destinatarios. Ha sido también un acierto la aportación de Ortega al respecto. Los orígenes del cristianismo son seculares, laicos hasta tal punto que se llegó a tachar a los primeros cristianos de ateos.
Después, sobre todo en tiempos de la burguesía, el mensaje cristiano se desvió hacia el culto del templo como casi único lugar de encuentro con Dios. Hoy volvemos a las raíces originarias del cristianismo; según ellas, Dios se revela en el mundo que viven los hombres y mujeres en todo momento, con preferencia a otros lugares.
Como se puede constatar, la situación histórica en que está inserta hoy la fe cristiana pasa por un momento crítico debido a que se ha producido el tránsito de un mundo divinizado a un mundo hominizado. También en el hombre y la mujer se ha observado un cambio notable en sus relaciones con el mundo, porque se sienten sujetos o arquitectos de un mundo que está a su servicio y depende cada vez más de ellos. El mundo ya no se organiza según las leyes divinas o de la Iglesia, sino por las leyes que dictan los hombres.
"El ser humano plenamente consciente de su dignidad y grandeza se ha vuelto sobre sí mismo para pensar y comprenderlo todo desde sí mismo". Así lo ve la teología del Vaticano II, un gran concilio que ha abierto una nueva época en la Iglesia que no tiene marcha atrás, a pesar de las reticencias de algunos sectores de la jerarquía eclesiástica.
Por otra parte, el hombre y mundo laicos de hoy están demandando asimismo unas virtudes laicas, para inyectar vitalidad y ética a la sociedad. Así la ciencia, la cultura, la política o el socialismo son las virtudes propias de este mundo nuestro que tenemos que transformar y humanizar.
Para Ortega, la virtud no puede permanecer oculta más tiempo en las profundidades del alma de manera intimista, porque se desperdicia. Tiene que aflorar en un compromiso decidido en favor de la sociedad y del mundo complejo que vivimos. En ese camino precisamente se hace hoy encontradizo el Dioss laico cristiano.
Ver: Francisco G-Margallo: Teología de J. Ortega y Gasset. Evolución del cristianismo, Madrid 2012
También Virtudes públicas en Ortega.
Los interesados en la adquisición de los libros de J. Ortega y Gasset pueden llamar al tf. 91 534 27 65. o escribir a:
fmargalloba@hotmail.com// En Madrid: Librería El Buscón Cardenal Silíceo 8. Semiesquina López de Hoyos 148 www.elbuscon.es. También en Libreria Basílica C/ Comandante Zorita, 23Telf 91 534 45 54. Y tambien en Meta Librería. Filosofía y Ensayo C/Joaquín María López, 29 en Madrid Telf
91 544 78 26. Y La Librería C/Mayor 80 Madrid Tel 91 541 71
70; y también en librería aliana C/General Varela, 6 Tel 91 555 73 02