Nuestra espiritualidad (P. Casaldáliga)
En medio de nuestro pueblo
¿Qué es y quién es el pueblo?
Bíblicamente: los pobres de Yahvé, el "resto de Israel", el pueblo fiel a la Alianza, el pueblo de las bienaventuranzas de Jesús, las primeras comunidades fraternas, el >pueblo mártir del Apocalipsis y aquellos que hoy fuesen como ellos.
Pastoralmentre: aquellos que no se apartan de la comunidad, ni explotando ni persiguiendo, ni mintiendo (sobre todo en la política y en la economía , ni queriendo ser más que los demás, ni negándose a compartir
¿Nosotros somos pueblo? Sí, no si...Quien pasó por la universidad, o por un seminario, o está en la vida religiosa, ¿es todavía pueblo? Quien no sea pueblo, estrictamente hablando, puede ser un aliado, aliada legítimo del pueblo, en la humanizadora y evangelizadora solidaridad política.
¿Cómo caminar con el pueblo?
Optar por el pueblo es optar por los pobtres, por la justicia, por la liberación y por el Reino. Pero para que caminemos honestamente, evangélicamente, con el pueblo, debemos ajustar con discernimiento y generosidad nuestas actitudes. Tal vez algunas indicaciones nos puedan ayudar:
Descubrir el pueblo: Aproximarse a él, escucharlo, respetarlo en su ser, en su cultura, en su ritmo, en sus límites, en sus urgencias (¡la sobrevivencia algunas veces se impone!).Valorarlo creyendo en él, "dándole" espacio (ayudándole a que lo tome) para que se convierta en protagonista en la sociedad y en la Iglesia, siendo sujeto de su historia.
Estar con el pueblo: Cerca, hasta físicamente, en la medida de lo posible, porque el lugar hace el lugar social y pastoral. Encontrándose con el pueblo, comulgando con él, en su cultura, en su pobreza, en su religiosidad, en su hospitalidad, en su sufrimiento, en su alegría.
Lógicamente, perdiendo status, saliendo de ciertos privilegios, de ciertas estructuras, yendo a la periferia, al margen, a la frontera; para el desierto donde nadie va; para la frontera de las nuevas situaciones y desafíos, para la periferia, lejos del poder y de la seguridad.
Viviendo "!como el pueblo"!"...
San Romero de América Mártir
El ángel del Señor anunció en la víspera...
El corazón de El Salvador marcaba
24 de marzo y de agonía.
Tú ofrecías el pan
El Cuerpo vivo
-el triturado cuerpo de tu pueblo;
su derramada Sangre victoriosa-
la sangre campesina de tu pueblo en masacre
¡que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada!
El ángel del Señor anunció en la víspera,
y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;
como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de
tu pueblo.
Y se hizo vida nueva
¡en nuestra vieja Iglesia!
Estamos otra vez en pie de testimonio,
¡San Romero de América, Pastor y Mártir nuestro!
Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.
Romero en flor morada de la Esperanza incólume de todo el Continente.
Romero de la Pascua latinoamericana.
Amén...