Soy monje benedictino de Montserrat, licenciado en teología bíblica, y quiero aportar mi testimonio del bien espiritual que el P. José Antonio Pagola hizo a nuestra comunidad cuando hace dos años nos predicó los ejercicios espirituales y nos enfervorizó hablándonos de Jesucristo. Nos hacía vivir los pasajes evangélicos en los que aparecen su bondad y su compasión, no sólo como sentimiento humano sino también como “epifanía” divina, revelación de la misericordia del Padre del cielo.

En nuestros retiros anuales, hay predicadores que satisfacen a los monjes más sabios o intelectuales y otros que gustan a los más simples, unos satisfacen a los ancianos y otros a los jóvenes, pero el P. Pagola nos entusiasmó a todos. Llevo cincuenta y siete años en el monasterio y son los ejercicios más sólidos y a la vez más fervorosos que he vivido, y los he revivido leyendo Jesús. Aproximación histórica.

Creo, además, que este libro es muy oportuno en el momento actual en que toda la Iglesia, siguiendo la consigna de Juan Pablo II, retomada por Benedicto XVI, se lanza a la nueva evangelización. El lenguaje de Pagola hace llegar con toda su fuerza la buena nueva que predicaba Jesús a los no evangelizados que la desconocen, y la evangelización – la vieja y la nueva – es anunciar a los cuatro vientos la noticia de Jesús, su obra y su buena nueva. Me consta el impacto que ha producido en algunas personas alejadas, que difícilmente leerían el catecismo, los libros de religión habituales o los comentarios bíblicos clásicos.

Finalmente, de cara a la Iglesia de España, que acaba de lanzar una nueva versión de la Biblia y quiere promover su lectura, la Aproximación de Pagola, partir de Jesús, el Verbo hecho carne, aproximará a sus lectores a las Sagradas Escrituras. A los santos evangelios ante todo, pero también aumentará el deseo de conocer todo el Nuevo Testamento y aun la Biblia entera.