"En este conflicto de interpretaciones y posicionamientos ideológicos no cabe la neutralidad" A favor y en contra de Netanyahu-Trump: Conflicto de interpretaciones en el cristianismo

Benjamin Netanyahu y Donald Trump
Benjamin Netanyahu y Donald Trump EFE

"En el seno del cristianismo se está produciendo un conflicto de interpretaciones y una guerra ideológica a favor o en contra de Trump-Netanyahu"

"El genocidio suma ya más de cincuenta mil muertos. Tamaña y mortífera agresión se ha lanzado con el asentimiento expreso y el apoyo incondicional de Donald Trump, que ha responsabilizado de los bombardeos a Hamás, y con el silencio cómplice y vergonzante de la Unión Europea"

El 18 de marzo el genocida Benjamin Netanyahu dinamitó la tregua acordada con Hamás con los bombardeos indiscriminados contra una población gazatí indefensa y humillada. Desde entonces ha provocado el asesinato de cerca de mil personas, entre ellas centenares de niñas y niños, y más de mil personas heridas y la paralización total de la ayuda humanitaria. El genocidio suma ya más de cincuenta mil muertos. Tamaña y mortífera agresión se ha lanzado con el asentimiento expreso y el apoyo incondicional de Donald Trump, que ha responsabilizado de los bombardeos a Hamás, y con el silencio cómplice y vergonzante de la Unión Europea. Se repite así la lógica de la complicidad USA-Israel. que ya desarrollara Joe Biden con su apoyo militar al ejército israelí. Dolor y más dolor del pueblo palestino e indignación e impotencia de quienes condenamos tamaña masacre. 

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“Esto es solo el comienzo”, ha declarado Netanyahu, quien no atiende a la demandas de los familiares de los rehenes que reclaman su liberación. Le ciega el odio al pueblo palestino. Sabe que nadie le va a detener porque cuenta con total impunidad. Ni la protesta del secretario general de la ONU, ni la condena del Tribunal Penal de la Haya, ni la voz de denuncia de las iglesias cristianas de Palestina, ni las protestas de los familiares de los rehenes consiguen disuadirle de que respete el alto el fuego y que frene las matanzas. Cada día da un paso más hacia el exterminio de la comunidad palestina.  

Así las cosas, en el seno del cristianismo se está produciendo un conflicto de interpretaciones y una guerra ideológica a favor o en contra de Trump-Netanyahu. La operación de exterminio cuenta con el apoyo y la legitimación del sionismo cristiano, que apoya la política de Trump y Netanyahu de anexión de Palestina y de la creación del Gran Israel. 

Es el posicionamiento de Cristianos Unidos por Israel, una organización sionista cristiana creada en Estados Unidos en 2006, a la que pertenece Mike Pompeo, ex jefe de la CIA y ex secretario de Estado durante el primer mandato de Trump, quien pidió a presidente estadounidense que reconociera a Jerusalén como capital de Israel y trasladara la embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Fue en 2017 cuando Trump hizo realidad   ambas peticiones, que Joe Biden no corrigió

Jerusalén
Jerusalén

Otra organización favorable a Israel es Proclamando Justicia para los Pueblos, que exigió la dimisión del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por sus crítica a Israel.

Donald Trump ha nombrado embajador en Israel a Mike Huckabee, ex gobernador de Arkansas, destacado sionista cristiano evangélico y organizador de viajes a Israel para grupos evangélicos fundamentalistas. Es un firme defensor de la anexión a Israel de los territorios ocupados y de la Franja de Gaza

Recientemente más de 3.000 pastores y líderes sionistas cristianos, afiliados a la organización Líderes Cristianos Americanos por Israel (ACLI), un proyecto de la extremista Embajada Cristiana Internacional de Israel, han firmado una declaración en la que instan a Donald Trump a anexionar a Israel Judea y Samaría, que corresponden a la actual Cisjordania, y a declarar la soberanía israelí sobre la totalidad de Tierra Santa con argumentos bíblicos falaces.  

Netanyahu y Trump en la Casa Blanca
Netanyahu y Trump en la Casa Blanca EFE

La respuesta no se ha hecho esperar y ha venido de una coalición de diversas voces cristianas, activistas y personas comprometidas con la paz y la justicia en Tierra Santa, que califica la declaración de los cristianos sionistas de profundamente inmoral, incoherente con el Dios de la paz y contraria a las exigencias morales de los cristianos y cristianas como seguidores de Jesús de Nazaret y de los profetas bíblicos. Reafirman el derecho inalienable de la población palestina a una vida digna y libre en su patria y se oponen al desplazamiento forzado. Califican al “sionismo cristiano” de “teología herética” que fomenta el desarraigo violento de familias y comunidades enteras de las tierras que han cultivado y en las que han vivido durante siglos.     

Consideran que la llamada a expandir las fronteras del Israel y expulsar violentamente a la población palestina de su territorio constituye una interpretación errónea del testimonio bíblico y la eliminación de miles de años de historia y de cultura palestinas. Rechazan de manera categórica el uso indebido de la Biblia para justificar actos que traicionan la esencia de la fe cristiana y el mensaje de Jesús de Nazaret.

Muestran su solidaridad con todas las comunidades palestinas que luchan contra la limpieza étnica, la opacidad cultural y el genocidio. Se refieren en concreto a las comunidades musulmanas de tradición sunita, chiita, drusa, etc., a las comunidades cristianas árabes, armenias, siríacas/arameas, a las comunidades judías palestinas, a otras minorías religiosas y a las minorías no religiosas, que conforman el rico mosaico de credos y comunidades étnicas de Palestina. Cualquier intento de eliminar a alguna de estas comunidades o de reivindicar la exclusividad de una de ellas a expensas de las demás es “un crimen contra Dios y contra toda la humanidad”. 

Gaza
Gaza

Reivindican el derecho inalienable del pueblo palestino a vivir libremente y con dignidad en su patria. Condenan el empeño de Estados Unidos y de Israel por desposeer al pueblo palestino. Rechazan la limpieza étnica y la supremacía de un pueblo sobre otro. Su conclusión es que “la paz solo llegará cuando todos los pueblos de la Tierra Santa -palestinos e israelíes, cristianos, judíos, musulmanes, personas de todas las religiones y de ninguna- vivan juntos en una tierra compartida”.      

En este conflicto de interpretaciones y posicionamientos ideológicos no cabe la neutralidad. La teología de la liberación, la hermenéutica bíblica, la historia y el derecho internacional están de lado del pueblo palestino. Yo también lo estoy. 

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