“Os aseguro que si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada os sería imposible.”
Escuchamos en el evangelio que con estas palabras respondió Jesús a sus discípulos cuando le preguntaron por qué no pudieron echar un demonio… Falta de fe!
Este texto nos lleva a preguntarnos ¿Cómo anda nuestra fe?
La fe se traduce en actos, actitudes, compromisos… Si mi fe es únicamente teórica, solo de ideas o conceptos mi vida probablemente no está dando todo el fruto que podría dar y, como le ocurrió a los discípulos de Jesús, sentiremos que hay cosas y realidades que nos desaniman o desbordan…
Si nuestra fe se traduce en actitudes se genera una VIDA impresionante a nuestro alrededor… Sin darnos cuenta, simplemente porque creemos que para Dios nada hay imposible….
La fe no es un conjunto de ideas que simplemente hay que aceptar con la cabeza o la inteligencia…. ¡A DIOS NO HAY QUE SABERLE SINO SENTIRLE y creerle y amarle!
De Dios poco podemos saber… No alcanzamos con nuestra capacidad humana.. Somos como nuestros hermanos invidentes que no ven el sol pero pueden SENTIR SU CALOR.
¿Cómo anda nuestra fe? Mira a tu alrededor… Cómo está influyendo tu presencia en tu familia, trabajo, amigos, compromisos con los más desfavorecidos…
Como decía Santiago en su carta: “muéstrame tu fe sin obras que yo con mis obras te mostraré mi fe”.