Antonio Aradillas, Carta abierta a X. Pikaza (Abbá-Immá, PPC)

No creo conocerte personalmente, pero te sigo, querido Antonio. Tenemos amigos comunes y ahora, en la tarde de nuestra vida, reconciliados de forma amorosa y crítica con nuestra Iglesia, queremos seguir sembrando evangelio, que ha sido siempre lo nuestro.

Por eso me emociona que pongas estas letras en tu "portal", que yo leo, siempre que pones cosas nuevas, por tu experiencia y sabiduría, y sobre todo por tu gran humanidad.

No merezco todo lo que me dices, pero te lo agradezco aún más, por eso. Y estoy contento porque sigues (seguimos) en la brecha del evangelio, como he dicho ya, en esta iglesia concreta a la que queremos, y a la que somos fieles, de un modo libre, en línea de evangelio, en medio de todo.



Seguro que un día nos vemos. Como alguna vez te decía, he conocido y querido hace ya tiempo a alguno de tus amigos de tu etapa romana, que me habla de tu bondad y humanidad cristiana.
Gracias, de nuevo, por seguir ahí, por recordarme. No te debo nada, pues no lo haces por deber, sino por deber y por cariño, pero espero un día podértelo agradecer más en concreto, como lo mereces. Todo lo que sigue es tuyo.

Historias de Dios en la Biblia (PPC)
“ABBÁ-IMMÁ”: Carta abierta a Xabier Pikaza


"La Palabra de Dios define por igual a unos y a otros"
Antonio Aradillas, 03 de abril de 2017 a las 09:28
http://www.periodistadigital.com/religion/libros/2017/04/03/abba-imma-carta-abierta-a-xabier-pikaza-religion-iglesia-libros-ppc.shtml

Este libro - tu libro- cuenta la historia y sentido del Dios en la Biblia, destacando de un modo especial los nombres de Yahvé y Padre-Madre


(Antonio Aradillas).- Querido Xabier: Gracias por el regalo del libro "Historia de Dios en la Biblia" que acabas de hacernos a quienes te seguimos con admiración, amistad y cariño, y a quienes todavía lo hacen con ciertas, y denodadas, reticencias impuestas por ancestrales dogmatismos, que hicieron cristalizar las rutinas, los ritualismos y los intereses espirituales, en extraña e indecente mezcolanza con los materiales.

La "PPC" de toda la vida , en su colección "Las palabras y los días", nos ha enriquecido con este nuevo título tuyo, que añade a otros como "El Señor de los ejércitos" y "El desafío ecológico", todos -todos-, "palabra de Dios", al igual que los publicados en otras editoriales como "Trinidad, itinerario del hombre", "Gran diccionario de la Biblia", "Ejercicio de amor" o "El Cántico espiritual de san Juan de la Cruz". La "palabra de Dios" define por igual a unos y a otros, con rigor sagrado, sabiduría e inteligencia, respeto y comprensión legítimas, humildad y humanidad...

Antes de seguir con este listado de honestidades evangelizadoras y semánticas, advierto que en los últimos tiempos, es posible que sean coincidentes con los de tu época de casado, tu lenguaje se ha tornado como más comprensible, más cercano y cálido para un mayor número de lectores, a quienes la calificación de "filósofo, teólogo, escriturista, y fenomenologista de las religiones", en sus más altos grados profesorales académicos, te distanciaba de sus realidades temporales y espirituales, en la virtuosa anatomía de sus parcas y endebles creencias e increencias..

Los años no me hicieron coincidir contigo en la Universidad Pontificia de Salamanca, en los que la docencia de la Sagrada Escritura era impartida por el ínclito P. Alberto Colunga, dedicado yo entonces a seguir los pasos del también super maestro dominico, el P. Beltrán de Heredia, a la búsqueda de erasmistas, alumbrados e iluminados de mi Extremadura, de quienes indefectiblemente daba "buena cuenta" el Tribunal de la "Santa" Inquisición de Llerena.

En esos caminos posiblemente coindiera contigo en Brozas, lugar de nacencia del también inquisitoriado Francisco Sánchez, "El Brocense", o en Fregenal de la Sierra, en donde nació don Benito Arias Montano, biblista universal -Antuerpia- Amberes- , retirado después a su "Peña de Alájar, alejado de preocupaciones tridentinas, de las propias y específicas de la Corte y de las confesiones e intimidades de Felipe II y de su magna obra escurialense.

Tu nuevo libro ilustra y reconforta a cualquiera, y un tanto más a mí mismo, a quien por circunstancias pastorales, hube de entregar una buena parte de mivida posterior a contribuir a la promoción de la mujer, como Consiliario Nacional de la benemérita y "crucificada" Acción Católica, en los tiempos de Miguel Benzo, Mauro Rubio, Ramón Torrella, Tomás Malagón y otros, a quienes don Casimiro Morcillo, Guerra Campos y otros "monseñores", al dictado de "dictadores" -políticos y eclesiásticos- , le colocaron el punto y aparte, por no decir, el punto final.

Es bíblica y pastoralmente consolador releer en tu libro que, por ejemplo, "entre los signos de Dios en el mundo y en la historia, destacan los de padre y madre, de quienes el hombre recibe no solo la vida, sino palabra, amor y tarea, junto a los hermanos, amigos y compañeros. Ellos son el signo más hondo de Dios. Los judíos le llaman Yahvé ("Soy en que soy"), pero no se atreven a pronunciar su nombre. Los cristianos le invocan como Padre -Abbá- Immá-, que es Padre-Madre en arameo, la lengua de Jesús y dicen que el mismo Jesús les ha enseñado a pronunciar su nombre". Este libro - tu libro- cuenta la historia y sentido del Dios en la Biblia, destacando de un modo especial los nombres de Yahvé y Padre-Madre.

Gracias, Xabier, porque en el rezo y vivencia del "Padrenuestro" desglosado por ti en sus páginas, Dios resulta tan Padre como Madre nuestra -de todos-, con lo que la Iglesia se hace -se hará- más "madre" y más "nuestra", abandonando "por los siglos de los siglos", - ella y los eclesiásticos-, su condición de madrastra, misógina, inactual, patriarcal e injusta.

Gracias, Xabier, porque compartimos algunos "monitums", en mi caso "suspenso a divinis ,aunque después, por la misericordia de Dios, me "aprobaron" .Tú refieres bien que " no dejan de ser episodios en el itinerario salvador de Dios que penetra en el conflicto y dolor de la historia para superar la opresión de Egipto y conducir al pueblo oprimido hacia la libertad". ¿Eran otros tiempos? No. Son similares a los teresianamente "recios" de ahora, si exceptuamos la presencia y aval del bendito papa Francisco.
Volver arriba